Practica esta lección: Ir al examen
104
El Patito Feo
T
EXTO
: Hans Christian Andersen, adaptación de Felipe Garrido
I
LUSTRACIÓN
: Sergio Aguilar-Álvarez Bay
Al fin los huevos se abrieron uno tras otro.
“¡Cuac, cuac!”,
decían los patitos conforme se iban asomando a través
del cascarón.
—¡Cuac, cuac! —dijo la mamá pata—, y todos los
patitos se apresuraron a salir tan rápido como pudieron,
dedicándose enseguida a escudriñar entre las verdes hojas.
—¡Oh, qué grande es el mundo! —dijeron los patitos.
Y ciertamente disponían de un espacio mayor que el que
tenían dentro del huevo.
—Bueno, espero que ya estén todos —agregó la
mamá pata, levantándose del nido—. ¡Ah, pero si todavía
falta el más grande! ¿Cuánto tardará aún?
—Creo que me quedaré sobre él todavía un ratito.
He estado tanto tiempo aquí sentada, que un poco más no
me hará daño.
Por fin se rompió el huevo. “¡Pip, pip!” —dijo el
pequeño—, echándose de cabeza fuera del cascarón.
La pata vio lo grande y feo que era, y exclamó:
—¡Dios mío, qué patito tan enorme! No se parece a
ninguno de los otros.