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De la luna
T
EXTO
: Fray Bernardino de Sahagún, versión de Felipe Garrido
I
LUSTRACIÓN
: Abril Castillo
Cuando la luna nuevamente nace, parece un arquito de
alambre delgado; aún no resplandece; poco a poco va
creciendo. A los quince días es llena; y cuando ya es llena,
sale por el oriente a la puesta del sol. Parece como una
rueda de molino grande, muy redonda y muy colorada; y
cuando va subiendo, se para blanca o resplandeciente;
parece como un conejo en medio de ella; y si no hay nubes,
resplandece casi como el sol, casi como de día. Y después
de llena cumplidamente, poco a poco se va menguando,
hasta que se va a hacer como cuando comenzó. Dicen
entonces: “Ya se muere la luna; ya se duerme mucho”; esto
es cuando sale ya con el alba. Al tiempo de la conjunción
dicen: “Ya es muerta la luna”. La fábula del conejo que
está en la luna es ésta: dicen que los dioses se burlaron
con la luna y le dieron con un conejo en la cara, y le quedó
el conejo señalado en la cara; y con esto le oscurecieron
la cara como un cardenal; después de esto salió para
alumbrar al mundo.