Practica esta lección: Ir al examen
40
B
loque
I
Identifcas la Filoso ía como disciplina global
“El próximo lunes a las 18:54 horas, tiempo del Centro de México, habrá un eclipse
solar”
es un enunciado que cumple con esta característica. Llegado el momento
señalado en el mismo, se sabrá si es verdadero o falso. Notemos que lo importante
es la forma del enunciado: puede ser falso, puede
no haber eclipse, pero el enun-
ciado contribuye al conocimiento, al indicar al astrónomo que hubo algún error en
el cálculo con que lo produjo, que puede ser corregido.
Pero gracias a la forma en
fue formulado es posible compararlo con lo que ocurre en la realidad, y usarlo como
herramienta para la ciencia.
La Filosofía puede hacer a rmaciones impecables desde el punto de vista lógico,
pero no tiene la necesidad ni la posibilidad de
someterlas a experimentación. Por
ejemplo, la famosa a rmación
“Pienso, luego (por lo tanto) existo”,
uno de los más
famosos enunciados losó cos de todos los tiempos, es lógicamente sólida. Pero
no es un enunciado cientí co, precisamente porque no puede expresarse de modo
que sea comparado con una realidad determinada, y a partir de esa comparación
de nir si es verdadero o falso. Resaltemos que es
el tipo de cosas de
que se hable
en
el
enunciado y cómo las relacione,
lo que lo hace cientí co o losó co, no si es
verdadero
o falso.
Ahora, “Pienso, luego existo” es una proposición que, como todas las proposiciones
losó cas, es debatible. Se puede preguntar, y de hecho los lósofos no han dejado
de hacerlo desde que fue enunciado, ¿qué es pensar? ¿qué es existir? ¿qué es el
yo? Como veremos en su momento, hay lósofos - quizás la mayoría - que conside
-
ran
esta famosísima conclusión de René Descartes (Francia, 1596 - 1650) como la
piedra angular de la Filosofía moderna, una conquista de nitiva del conocimiento
-
losó co; mientras que para otros es una de las más ingenuas ilusiones de la historia
del pensamiento humano. Pero esta valoración depende de las ideas desde las que
se considere la proposición (las
premisas
, sobre las que hablaremos más adelante),
y del rigor lógico con que sea impugnada o defendida, no de los resultados de un
experimento.
En cuanto a las a rmaciones de la religión, decir, por ejemplo, que en algún momen
-
to habrá un juicio nal en que los pecadores serán condenados y los justos salva
-
dos, nos enfrenta con
un enunciado ajeno a la lógica de la ciencia, absurdo desde
la
perspectiva de ésta, dado que
no puede concluirse nada acerca de su verdad
como hecho. Lo que no impide, como veíamos, que mucha gente lo tenga por cierto.
Lo que sí es imposible es considerarlo como un enunciado cientí co. Por su forma
es un
artículo de fe:
es impreciso, y lo más importante, no puede ser deducido a
partir de
ninguna ley de la naturaleza conocida.
Además de diferir de la Filosofía y la religión por el método, la ciencia se distingue
por su objeto de estudio y su lenguaje.