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Reconoces y demuestras las diferencias entre la fábula y la epopeya
El león y la zorra
Félix María Samaniego
Un león en otro tiempo poderoso,
ya viejo y achacoso,
en vano perseguía, hambriento y fero,
al mamón becerrillo y al cordero,
que, trepando por la áspera montaña,
huían libremente de su saña.
A igido del hambre a par de muerte,
discurrió su remedio de esta suerte:
Hace correr la voz de que se hallaba
enfermo en su palacio, y deseaba
ser de los animales visitado.
Acudieron algunos de contado;
mas como el grave mal que le postraba
era un hambre voraz, tan sólo usaba
la receta exquisita
de engullirse al monsieur de la visita.
Acércase la Zorra de callada,
y a la puerta asomada,
atisba muy despacio la entrada
de aquel cóncavo palacio.
El león la divisó, y en el momento
le dice: –Ven acá; pues que me siento
en el último instante de mi vida,
visítame como otros, mi querida.
–¿Cómo otros? ¡Ah, señor!, he conocido
que entraron, sí, pero que no han salido.
Mirad, mirad la huella,
bien claro lo dice ella;
y no es bien el entrar do* no se sale.
La prudente cautela mucho vale.
Samaniego, Félix,
Fábulas en verso
castellano,
disponible en www.biblioteca.org.ar/
libros/131222.pdf,
Consultado el 04 de marzo de 2014.
*
do
equivale a
donde
, en el español antiguo.
Situación inicial
Planteamiento del problema
Solución al problema
Moraleja
141