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Comprendes y analizas las características del cuento
La muerte viaja a caballo
Ednodio Quintero
Al atardecer, sentado en la silla de cuero de becerro, el abuelo creyó ver una
extraña fgura, oscura, Frágil y alada, volando en dirección al sol.Aquel
presagio
le hizo recordar su propia muerte. Se levantó con calma y entró en la sala.
Y con gesto frme, en el que se adivinaba, sin embargo, cierta
resignación
,
descolgó la escopeta.
A
horcajadas
en un caballo negro, por el estrecho camino paralelo al río,
avanzaba la muerte en un
frenético
y casi ciego galopar. El abuelo, desde su
mirador, reconoció la
silueta
del enemigo. Se
atrincheró
detrás de la ventana,
aprontó el arma y clavó la mirada en el corazón de piedra del
verdugo
. Bestia
y jinete cruzaron la línea imaginaria del patio. Y el abuelo, que había aguardado
desde siempre ese momento, disparó. El caballo se paró en seco, y el jinete,
con el pecho agujereado, abrió los brazos, se dobló sobre sí mismo y cayó a
tierra mordiendo el polvo acumulado en los ladrillos.
La llegada de Cenicienta al Palacio causó honda admiración. Al entrar en la
sala de baile, el Príncipe quedó tan prendado de su belleza que bailó con ella
toda la noche. Sus hermanastras no la reconocieron y se preguntaban quién
sería aquella joven.
En medio de tanta felicidad, Cenicienta oyó sonar en el reloj
de Palacio las doce.
–¡Oh, Dios mío! ¡Tengo que irme! –exclamó.
Como una
exhalación
atravesó el salón y bajó la escalinata,
perdiendo en su huida un zapato, que el Príncipe recogió
asombrado.
Para encontrar a la bella joven, el Príncipe ideó un plan. Se
casaría con aquella que pudiera calzarse el zapato. Envió
a sus
heraldos
a recorrer todo el Reino. Las doncellas se
lo probaban en vano, pues no había ni una a quien le fuera
bien el zapatito.
Al fn llegaron a casa de Cenicienta, y claro está que sus hermanastras no
pudieron calzar el zapato, pero cuando se lo puso Cenicienta, vieron con
estupor
que le quedaba perfecto.
Y así sucedió que el Príncipe se casó con la joven y vivieron muy felices.
La cenicienta
la_cenicienta.htm,
consultada el 28 de mayo de 2014.
Apesadumbrada
.
Triste, a igida.
Exhalación
.
Emisión de suspiros.
Heraldo
.
Ofcial
o
caballero
encargado
de
anunciar
noticias
importantes.
Estupor
.
Asombro, estupefacción.
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