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—Sí, yo también —contestó Liebre—. Tuve
mucho miedo esta mañana cuando pensé
que ustedes se habían perdido.
Hubo un silencio.
Y entonces Sapo, Pata y Cochinito
se rieron.
—No seas tonto, Liebre —dijo Sapo—.
No tienes que tener miedo. Nosotros
siempre estaremos aquí.
Liebre sonrió.
—Y yo estaré con ustedes cada vez que le
tengan miedo a los fantasmas.
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Donde
viven los monstruos
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