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Contenido 4
Un pasado siempre vivo: ¿qué conservamos
de los pueblos prehispánicos?
Comencemos
La expresión cultural y artesanal que heredamos de los pueblos
prehispánicos que habitaron en el occidente mesoamericano es
la alfarería en todas sus facetas y estilos. Debemos destacar que
los hábiles artesanos del occidente no sólo trabajaron la cerámica,
también se destacaron en la elaboración de objetos de uso ritual
de gran calidad artística, elaborados con obsidiana, jade, diorita,
cristal de cuarzo y pirita, que en la actualidad son considerados
materiales preciosos.
Los herederos de estos oficios han alcanzado fama mundial con
sus trabajos realizados en los talleres artesanales de Tlaquepaque.
En su loza dejan ver una inagotable fantasía en las interpretaciones
que hacen de los motivos prehispánicos, de la naturaleza que les
rodea y de las expresiones populares: la música de mariachi y los
bailes tradicionales.
En Tonalá, elaboran mosaicos con diversos motivos, destacando
los relacionados con la naturaleza en donde presentan ejemplares
de fauna y flora. En Santa Cruz, El Rosario y la misma Tonalá se
elabora cerámica para uso cotidiano, tales como botellones, jarros,
platos, etcétera, casi todos con decoración sencilla.
La fiesta y la música relacionadas con la agricultura, el matrimonio,
el nacimiento y la muerte fueron expresiones muy arraigadas en las
culturas mesoamericanas de occidente. Lo demuestran los estudios
que han hecho los arqueólogos de las figurillas de barro que se
encontraron como ofrendas en las tumbas de tiro.
Esta herencia es una manifestación permanente en todas las
comunidades, pueblos y ciudades de nuestro estado. A manera
de ejemplo, vamos a conocer las fiestas del elote y la calabaza, las
cuales se celebran en las distintas regiones de nuestra entidad. Se
conocen con el nombre de
elotizas
y consisten en la celebración
de una fiesta con los frutos de la primera cosecha con comida,
música y baile.