•
Otro ejercicio de improvisación puede 
ser éste: un compañero comienza 
diciendo una frase y los que siguen 
van enriqueciendo el diálogo, de 
manera que tenga continuidad. Por 
ejemplo: “Se me rompió el paraguas”, 
y uno a uno van agregando todo lo 
que se les ocurra. Puede ser cómico 
o trágico; dos palabras, una frase 
y hasta una conversación. ¡No te 
quedes callado!
Organícense con su maestro 
para trabajar en grupo. Despejen el 
salón para realizar dos ejercicios de 
improvisación ¡qué son muy divertidos!
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Su maestro dirá algunas frases que 
deberán ser actuadas por todos. 
Deberán improvisarlas. 
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Formen un círculo, y cuando el 
maestro diga algo como: “Cae 
una tormenta en la entrada de la 
escuela”, todos actuarán como si 
esto estuviera sucediendo. Háganlo 
individualmente, de manera que el 
comportamiento, los movimientos y 
las palabras o expresiones de cada 
uno se distingan. 
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Cambien lo que hacen cuando 
el maestro describa una nueva 
situación: “Todos van de prisa al 
trabajo”, “Los alumnos salieron al 
recreo” o “Hay que recoger la cosecha 
antes de que queme el sol”. Es 
importante que su sentido del oído y 
su reflejo corporal estén conectados. 
¡No se queden sin moverse!
Mariano Benlliure (1862-1947), 
Niños bajo el paraguas
(finales del siglo 
XIX
), 
bronce, 110 cm, parque 
Genovés, Cádiz, España. 
140 cm
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BLOQUE II