ir al Examen
Cuaderno de actividades de aprendizaje /
Literatura II
71
Entra el ESPECTRO.
MARCELO.- ¡Chsss! No sigas: mira, ahí viene.
BERNARDO.-
La misma fgura; igual que el rey muerto.
MARCELO.- Tú tienes estudios: háblale, Horacio.
BERNARDO.-
¿No se parece al rey? Fíjate, Horacio.
HORACIO.- Muchísimo. Me sobrecoge y angustia.
BERNARDO.-
Quiere que le hablen.
MARCELO.- Pregúntale, Horacio.
HORACIO.-
¿Quién eres, que usurpas esta hora de la noche
y la forma intrépida y marcial
del que en vida ±ue rey de Dinamarca?
Por el cielo, te conjuro que hables.
MARCELO.- Se ha ofendido.
BERNARDO.- Mira, se aleja solemne.
HORACIO.- Espera, habla, habla. Te conjuro que hables.
Sale el ESPECTRO.
MARCELO.- Se fue sin contestar.
BERNARDO.- Bueno, Horacio. Estás temblando y palideces.
¿No es esto algo más que una ilusión?
¿Qué opinas?
HORACIO.- Por Dios, que no lo habría creído
sin la prueba real y terminante
de mis ojos.
MARCELO.-
¿Verdad que se parece al rey?
HORACIO.- Como tú a ti mismo.
Tal era la armadura que llevaba
cuando combatió al ambicioso rey noruego.
Tal su ceño cuando, tras fera discusión,
a los polacos aplastó en sus trineos
sobre el hielo. Es asombroso.
MARCELO.- Con paso tan marcial ha cruzado ya dos veces
nuestro puesto a esta hora cerrada de la noche.
HORACIO.- No puedo interpretarlo exactamente,
pero, en lo que se me alcanza, creo que esto
presagia conmoción en nuestro estado.
MARCELO.- Bueno, sentaos, y dígame quien lo sepa
por qué se exige cada noche al ciudadano
tan estricta y rigurosa vigilancia;
por qué tanto fundir cañones día tras día
y comprar armamento al extranjero;
por qué se reclutan calafates, cuyo esfuerzo
no distingue el domingo en la semana.
¿Qué ejército amenaza para que prisa y sudor
hagan compañeros de trabajo al día y a la noche?
¿Quién puede in±ormarme?
HORACIO.- Yo puedo. Al menos, el rumor
que corre es este: nuestro difunto rey,
cuya imagen se nos ha aparecido ahora,
sabéis que fue retado por Fortinbrás
de Noruega, que se crecía en su afán
de emulación. Nuestro valiente Hamlet,
pues tal era su fama en el mundo conocido,
mató a Fortinbrás, quien, según pacto sellado,
con refrendo de las leyes de la caballería,
con su vida entregó a su vencedor
todas las tierras de que era propietario:
nuestro rey había puesto en juego
una parte equivalente, que habría recaído
Haz click aquí para ir al índice de todas las materias con sus guías de respuestas y explicaciones

 

ir al Examen