Practica esta lección: Ir al examen
Clasi
À
cas los textos expositivos
B
loque
IX
Siguió la tradición de ese premio de leer textos breves. “No quiero apartarme de esta buena
costumbre ni tampoco ignorar las trágicas circunstancias por las que atraviesan México en
particular y el mundo en general. Se ha dicho que lo ocurrido en los 20 años posteriores a
la caída del Muro de Berlín se resume entre un título de Dickens y otro de Balzac:
Grandes
esperanzas y Las ilusiones perdidas.
“Nací a mediados de otro año horrible, 1939 y, sin embargo, me libré de los desastres de la
guerra. No sufrí los bombardeos, las batallas, las persecuciones, los campos de exterminio.
Todo lo experimenté a distancia y no por ello dejó de imprimirse en cuanto he escrito.
“Ahora la violencia y la crueldad extremas son mi pan cotidiano y vivo en medio de un con
À
icto
bélico sin esperanza de victoria. A ello se suma la visión agravada del hambre y la miseria en
México y en el mundo. A todo aquello en lo que no dejo de pensar, añado la angustia de quienes
se quedan sin trabajo y de los jóvenes que no encuentran el sitio para el que fueron preparados.
“En 2009, muy a mi pesar, me he identi
¿
cado con los osos que ven desaparecer el suelo de
hielo y nieve que los sustentaba y sobre un témpano se pierden en el mar que es el morir.
También por momentos me siento afín a Páladas, el poeta de Alejandría que vio derrumbarse su
propio mundo y contempló el triunfo del cristianismo contra lo que había sido por mucho tiempo
griego y romano.
Así era como él, de pronto, dejaba caer esas frases lapidarias o también contaba anécdotas con
mucho sentido del humor. Su público, sus lectores de años y los nuevos llenaban los auditorios
con tal de escucharlo.
Pocas veces podía recorrer los pasillos tranquilo. Lo detenían para pedirle una foto, un autógrafo
o para decirle cómo leer alguno de sus libros les había cambiado la vida. José Emilio sonreía
a todos, agradecía a todos y
¿
rmaba cuantos libros pudiera, sobre todo
Las batallas en el
desierto,
pero también sus poemarios o ejemplares de sus otras novelas y cuentos:
La sangre
de Medusa y otros cuentos marginales, Morirás lejos, El principio del placer, El viento distante
o Tarde de agosto.
El libro
Las batallas en el desierto
también fue llevado al cine con el título de Mariana, Mariana,
dirigido por Alberto Isaac, con adaptación de Vicente Leñero, y también al teatro; el grupo Café
Tacuba le puso el nombre de Las batallas a una canción.
José Emilio también fue guionista: junto con Arturo Ripstein escribió el texto de
El castillo de
la pureza,
y en su labor como traductor trabajó en la obra de autores como T. S. Eliot, Marcel
Schwob, Samuel Beckett, Tennessee Williams y Oscar Wilde, entre otros.
Fuente: Montaño, 2014.
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