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Analizas los fundamentos de la racionalidad humana
en el contexto del pensamiento clásico griego
En efecto, el gran descubrimiento, la gran propuesta de Platón es la existencia de un
mundo de las ideas
, que existe por sí mismo,
separado del mundo sensible (es decir,
el mundo que podemos ver, escuchar, tocar, oler y saborear). Y como te imaginarás,
para Platón, este mundo de las ideas, al estar separado del mundo de las cosas que
podemos percibir con los sentidos, sólo puede ser conocido mediante la
razón
. Ahora,
¿cómo es que este mundo de las ideas está en el fondo, en el interior
del alma de
cada
hombre? Para Platón sólo puede haber una respuesta: esas ideas han estado siempre
ahí, pero el hombre las olvida en el momento en que nace.
Por eso dirá que
conocer
una idea verdadera, en realidad es recordarla
. Esta concepción del conocimiento
se
llama, en griego,
anamnesis
.
¿Y que implica decir que el hombre conoce las ideas verdadera antes de nacer, y las
olvida en el momento que llega a este mundo? Pues eso signifca
nada más ni nada
menos que su
alma
es inmortal
. En efecto, el alma del hombre, al ser inmaterial, perte-
nece al mundo de las ideas, y como éstas, es eterna. Para Platón las ideas no cambian,
permanecen idénticas, no las afecta el paso del tiempo: 2 + 2 = 4: esto es verdad hoy,
como lo fue hace dos mil años, como lo fue antes de la aparición del hombre en la tie-
rra, como lo seguirá siendo siempre. Nunca habrá un momento en que dos más dos
den un resultado diferente de
cuatro. Por cierto, no hemos tomado este ejemplo por
casualidad: Platón sostenía que las Matemáticas nos ofrecían los modelos más claros
de ideas verdaderas y eternas. Por eso las Matemáticas eran la primera materia que
tenían que estudiar quienes querían entrar a su escuela (la famosa Academia de Pla-
tón)
y convertirse en sus alumnos. A Platón le hubiera causado desconcierto nuestros
convencionalismos académicos (
¡doxa
!), según los cuales la re exión flosófca tiene
poco o nada que ver con las Matemáticas.
Ahora, debemos preguntarnos, ¿qué relación existe entre el mundo de las ideas y el
mundo de los sentidos, según Platón?
En el mundo de los sentidos están
las cosas que percibimos todos los días, cosas que
surgen, duran un tiempo y desaparecen. En cambio, como ya dijimos, las ideas son
eternas, y sólo pueden ser conocidas por la razón, no por los sentidos. Literalmente,
las ideas no son de este mundo, tienen uno propio, diría un platónico. E iría más allá:
al ser lo permanente, lo que perdura en el tiempo,
las ideas son el verdadero ser de las
cosas
, su
realidad fundamental, que está más allá de las apariencias, a salvo del efecto
desintegrador del tiempo y la imperfección del mundo sensible.
Esto signifca que sólo podemos entender las cosas que percibimos con los sentidos en
la medida que conocemos su idea: así, si vemos un animal de cuatro patas con deter-
minadas características y entendemos que se trata de un caballo, eso ocurre debido a
que nuestra alma, nuestra inteligencia, conoce la idea de “caballeidad”, por llamarla de
alguna manera. De hecho, para Platón, las cosas del mundo de las apariencias podían
servir al alma para “recordar” las ideas que había olvidado en el momento de nacer.