en estas áreas sentimos una mayor tensión muscular, es decir, un incremento de la energía 
mayor al requerido para vencer la fuerza de gravedad. Debemos aprender a relajar las 
diferentes partes del cuerpo y llevarlas a un estado “natural”, que permite un movimiento sin un 
gasto innecesario de energía. 
Comencemos con una rápida detección de las áreas que sentimos adoloridas, pues son las que 
en principio tienen una tensión muscular mayor de la necesaria. Realiza lo siguiente: 
a) Da pequeños golpecitos con la palma abierta, alternando una y otra mano, por todo el 
cuerpo comienza con tus brazos (mano, antebrazo, brazo), continua con los hombros, 
luego el cuello y espalda, sigue con tu torso y caderas y concluye con tus piernas 
(muslos, pantorillas y pies). Seguramente sentiste aquellas áreas con mayor tensión. 
b) Concéntrate en tu respiración, cuando logres que ésta sea suave y continua, inhala 
profundo y al exhalar tensa ligeramente la parte del cuerpo que sientas más adolorida, 
inhala nuevamente y al exhalar relájala completamente, suelta toda la energía. 
c) 
Repite el ejercicio una o dos veces más y luego continúa tu recorrido con otra parte del 
cuerpo, sigue hasta que hayas logrado relajar todas las partes del cuerpo en que sientas 
tensión. 
El relajamiento completo no siempre se logra las primeras veces que realizamos este ejercicio; 
es necesario que continúes repitiéndolo al inicio de tu clase de danza hasta que sueltes por 
completo la tensión muscular, que provoca la mala postura e impide la libre movilidad de tus 
articulaciones. Otro ejercicio que te puede ayudar a relajar el cuerpo es el siguiente: 
a) De pie, separa las piernas a los lados hasta que logres una posición cómoda, por lo 
general, se logra abriendo las piernas al ancho de las caderas. Cuida no separar las 
piernas excesivamente, pues tensarías las caderas. 
b) Concéntrate en tu respiración, cuando sea suave y continua, inhala profundo. Al exhalar 
tensa todo el cuerpo apretándolo con fuerza y mantén la tensión lo más que puedas sin 
inhalar de nuevo. Cuando sientas la necesidad, inhala profundo y al exhalar suelta la 
energía y relaja todo el cuerpo. 
Otro ejercicio más: 
a) 
Concéntrate en tu respiración hasta que sea suave y continua. 
b) Inhala profundo y deja caer al frente la cabeza. Siente cómo se relajan los músculos del 
cuello y se libera la tensión de las articulaciones. Inhala y al exhalar regresa a la 
posición inicial. 
c) 
Repite el movimiento en otras direcciones: atrás, lado derecho y lado izquierdo. 
d) Continúa con los hombros, primero tensándolos y luego soltándolos. Siente cómo las 
articulaciones se liberan cuando relajas la tensión. Hazlo 
en dirección hacia arriba y 
luego al frente y atrás. 
e) 
Sigue con elevaciones y relajaciones de los brazos y piernas en diferentes direcciones. 
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