Al llevar a cabo estos ejercicios es importante también tener siempre en cuenta cuál es
la mejor postura para producir los sonidos: de pie, con la espalda recta, cómodo y
relajado pero concentrado.
Se puede con esta misma secuencia experimentar con el volumen, por ejemplo:
empezando todos con sonidos suaves, siguiendo la dirección del maestro, los alumnos
irán aumentando la intensidad del sonido para volverla a disminuir a la señal del
maestro.
A continuación se realizarán las mismas actividades con los membranófonos.
Actividad. Improvisación sonora
Una vez que las prácticas anteriores estén dominadas, se podrá introducir la
improvisación.
Improvisación con dos personas:
Un alumno tocará con su instrumento una base rítmica:
4/4
/
/
/
etcétera.
1
2
3
4
1
2
3
4
1
2
3
4
Otro alumno improvisará sobre esa base una secuencia rítmica de su elección.
Al cabo de ocho compases, se invertirán los papeles: el que estaba produciendo la
base improvisará, y el otro hará el acompañamiento.
Siguiendo este mismo patrón se puede crear una secuencia de improvisación e
imitación más larga, con tres alumnos, por ejemplo:
El primero empezará tocando la base por compases para marcar el pulso. De momento
los otros guardan silencio. Cuando el alumno 1 ha tocado cuatro compases, el segundo
empieza una improvisación sobre esa base. Al cabo de cuatro compases, el primero
guarda silencio, el segundo tomará la base, y el tercero imita los cuatro compases
inventados en la primera fase por el alumno 2. Al cabo de cuatro compases, el alumno 2
que está haciendo la base, guarda silencio, mientras que el alumno 3 que hizo la
imitación toma la base, y el alumno 1 que estaba en silencio toma la imitación. Al cabo
de cuatro compases termina el ejercicio, que en total duró 16 compases.
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