1.1. Sensibilización del cuerpo hacia la actuación teatral 
Relajación, gimnasia facial y concentración 
La relajación es un proceso que elimina la tensión, pues todos la experimentamos. La tensión 
nos aprisiona en nuestro propio cuerpo, mientras que la relajación nos proporciona la 
oportunidad para que lo controlemos conscientemente. La actuación exige ciertos esfuerzos 
que requieren de atención, concentración y control. El actor que se entrena en la relajación 
debe 
aprender, 
paralelamente, 
a 
detectar 
sus 
tensiones 
personales, 
a 
reconocer 
sus 
manifestaciones (que muchas veces no se perciben a simple vista) para poder eliminarlas; tarea 
que, en un principio, es bastante difícil, pero cuyo dominio se desarrolla con la práctica. 
Recomendaciones particulares: 
•
Trabajen con ropa cómoda. 
•
Los tiempos sugeridos en los ejercicios pueden variar de persona a persona. Toma tu 
tiempo sin presiones. 
•
Procura 
no dormirte
en los ejercicios, esto suele ocurrir con algunas personas cuando se 
están iniciando en la práctica de la relajación, poco a poco desaparecerá esa tendencia. 
•
Es aconsejable realizar estos ejercicios con otra persona que se ocupe de tomar 
tiempos, poner grabaciones o narrar las instrucciones, para que quienes los realizan 
puedan 
entregarse 
a la instrucción respectiva. 
•
Busquen un espacio tranquilo para realizar estos ejercicios. 
EJERCICIOS 
Trabajo individual. Ejercicios de relajación del cuerpo. 
Ejercicio 1. (Individual. Tiempo libre) 
1. 
Tiéndete boca arriba, con los brazos paralelos al tronco, 
2. 
Las palmas de las manos hacia arriba, 
3. 
Deja que todo el cuerpo se pose sobre el piso; 
4. 
Cierra los ojos y realiza mentalmente un recorrido por el interior de tu cuerpo en forma 
lenta y minuciosa, desde los pies hasta la cabeza. 
La intención es que después del reconocimiento interior de cada parte, y antes de continuar el 
ascenso a la siguiente, 
sueltes
la parte reconocida. Logrado esto, con todas y cada una de las 
partes de tu cuerpo, tomes nuevamente conciencia del mismo y emprendas, otra vez el 
recorrido mental, sólo que ahora, para retomar el control sin perder la relajación, realiza 
movimientos lentos, pequeños, casi imperceptibles, que te prepararán para iniciar la siguiente 
actividad. 
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