alcanzar el triunfo, analizando las características de los jugadores, de la
cancha, el estilo de juego del equipo contrario, entre otros detalles más.
La táctica se aplicará durante el encuentro. Ello nos permitirá hacer los ajustes
necesarios para que el plan que se trazó, alcance resultados positivos, por
ejemplo: los alpinistas, para escalar una montaña deciden las actividades a
realizar, el equipo necesario y diseñan una estrategia para subir, este proceso
les indicará qué hacer y cómo llevarlo a cabo, así cuando estén en el momento
de la escalada podrán aplicar las tácticas que elaboraron y ensayaron cuando
pensaron en la estrategia.
Si analizamos y relacionamos lo anterior, observaremos que la táctica tiene
relación con lo que hemos llamado estrategia individual, debido a que lo
individual pretende ayudar a alcanzar los objetivos grupales o de equipo.
Frases como “échale ganas”; “sí se puede” o
“vamos a dar todo en la cancha”, son muy
comunes cuando jugamos, y resultan
motivadoras cuando nos acercamos al objetivo
de triunfo. Sin embargo, para que
auténticamente sean efectivas es necesario
estar preparados para el encuentro, tener un
plan de ataque y defensa, es decir, una estrategia y con ello las tácticas.
Preparar una estrategia
puede resultar sencillo si
en realidad nos
identificamos con la idea
de triunfo. “El éxito no
llega solo, hay que
buscarlo”.
La estrategia sólo surte efecto si la
practicamos, porque una cosa es
planearla y otra poderla hacer,
aquí entra la táctica pues ella nos
dirá la manera de trabajar la estrategias, nos permitirá trabajar situaciones
reales que se presentan en un encuentro.
“Nunca será posible alcanzar el éxito
o permanecer en él, si no nos
preparamos permanentemente”.
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