Primera etapa
El castigo, la obediencia y 
el placer
Lo que se considera justo o correc-
to depende del castigo o el placer 
que te produzca. 
Cuando estás en esta etapa, si 
algo te hace sentir bien lo conside-
rarás correcto, aunque te dañe o las-
time a otras personas. Harás lo justo 
sólo porque te obligan a obedecer, 
para evitar que te castiguen o por-
que te ofrecen un premio a cambio. 
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Como puedes ver en el esquema, conforme creces adquieres más herramientas para ela-
borar tus propios juicios y decidir de manera autónoma lo que es justo. Así, aunque en 
algún momento te guíes por tus deseos o por las ganas de recibir aceptación, la mayoría 
de las veces que te enfrentes a un dilema tomarás en cuenta tus principios éticos. Pero, 
¿cuáles son esos principios? Tú debes construirlos y elegirlos, pero hay un conjunto de 
ellos que se consideran deseables, porque protegen la dignidad y los derechos tanto tu-
yos como de quienes te rodean. A continuación, encontrarás algunos de ellos.
Tercera etapa
Decidir a partir de principios
Lo que se considera justo o correcto depende de una 
idea de justicia con la que te comprometes porque te 
parece importante y digna de defenderse. Usas tus 
principios para decidir en cada caso; a veces incluso 
para ir en contra de una norma o de lo que piensen 
las personas cercanas e importantes de tu vida. 
Formación de la autonomía moral
Segunda etapa
Lo que los demás esperan de ti
Lo que se considera justo o correcto de-
pende de lo que otras personas piensen 
y esperen de ti. 
Cuando estás en esta etapa, es co-
mún que te importe mucho lo que digan 
tus amistades, tus padres o personas a 
las que admiras. Tratarás de hacer lo co-
rrecto para que te acepten y te valoren. 
También aprendes que hay reglas y que 
es bueno obedecerlas para convivir.
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