¿Te suena conocido lo siguiente?: 
¡No alcancé a entregar el trabajo!, 
¡todavía no hago la tarea!, ¡no fui a la clase!.
..
Sí verdad, muchas veces 
estas excusas han sido el resultado de la falta de responsabilidad de 
nuestra 
parte 
en 
cualquier 
trabajo, 
y 
tratamos 
de 
excusar 
dicha 
irresponsabilidad con las frases 
¡no me alcanzó el tiempo!
, 
¡no lo hice 
porque no estabas!, ¡no me dijiste!, ¡no sabia!
El 
ser 
humano 
es 
autónomo, 
es 
decir, 
puede decidir sobre sus actos sin que deba 
estar 
sometido 
a 
la 
elección 
de 
otras 
personas, sin embargo esto no quiere decir 
que no deba escuchar diferentes opiniones 
para la toma de decisiones. Por ejemplo: el simple hecho de convivir con 
nuestra familia o amigos conlleva diferentes responsabilidades, de tal 
manera que nuestra consciencia debe actuar en el momento de tomar una 
decisión. 
La responsabilidad y la conciencia son 
inseparables: 
la 
primera 
no 
existe 
auténticamente 
sin 
la 
segunda 
y 
viceversa. 
Entendamos 
el 
concepto 
básico 
de 
consciencia, 
que 
es: 
la 
comprensión del ambiente que nos rodea y del mundo interno de los demás
.
Por ejemplo: en el caso de alguna actividad de competencia, se tiene que 
conocer la cancha, los materiales, las condiciones del contrario y las de mi 
equipo, de otra manera nunca podremos tomar la decisión adecuada que 
provoque el triunfo. 
Ante esto debemos 
preguntarnos: ¿Cuáles son 
las consecuencias de actuar 
irresponsablemente? 
Para actuar debemos 
tomar en cuenta lo que 
queremos, cómo lo vamos 
a hacer y conocer si 
nuestra decisión afectaría 
a alguien.
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