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Libro para el maestro
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Los docentes pueden modelar las actividades para los alumnos usando 
su propio trabajo para ejemplificar alguna actividad o situación que 
desea introducir al grupo. Si los alumnos tienen que escribir, leer en 
silencio, o trabajar de manera individual en alguna tarea, el maestro 
puede hacer lo mismo. Esto lo ayudará a darse cuenta de cuánto 
tiempo toma, qué retos especiales presenta o qué aspectos hay que 
tomar en cuenta para realizarla. Al compartir su propio trabajo, 
también puede escuchar comentarios, responder preguntas, ampliar 
información y tomar sugerencias.
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Mientras los alumnos trabajan en grupos, el maestro debe estar atento 
a qué ocurre en los equipos: aprovechar la oportunidad para hacer 
intervenciones más directas y cercanas con los alumnos, sin abordarlos 
de manera individual. Mientras ellos desarrollan una tarea, puede 
pasar a los equipos y escuchar brevemente, registrando frases o 
palabras de los alumnos para retomarlas en las discusiones generales; 
también puede participar en algunos grupos para conocer la dinámica 
del trabajo en equipo. Además, en algunos momentos, puede orientar 
el diálogo de los alumnos, si considera pertinente destacar algún 
contenido conceptual.
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Considere tiempo para mejorar los productos y/o las actividades: en 
ocasiones los alumnos concluyen una actividad y después de discutirla 
con otros se dan cuenta de que les gustaría modificarla. Puede resultar 
de gran provecho dar oportunidad a los alumnos para revisar algún 
aspecto de su trabajo. Cuando lo considere pertinente, déles tiempo 
para reelaborar y sentirse más satisfechos con su trabajo.
Cómo hacer 
una lluvia de ideas
Cómo coordinar 
la discusión de 
un dilema moral