Practica esta lección: Ir al examen
138
Se acurrucaron y repitieron juntos una
y otra vez:
—No tenemos miedo. No le tenemos
miedo a nada.
Pasó mucho tiempo hasta que, por fin
cansados, se quedaron dormidos.
A la mañana siguiente, Liebre fue
a visitar a Sapo.
La puerta estaba abierta de par en par y
Sapo no se encontraba por ningún lado.