Lee con atención las siguientes instrucciones:
Lee la siguiente situación y el texto correspondiente. Después responde
las preguntas.
Como parte de una actividad de la clase Español,
Rosario escribió un guión teatral basado en El Periquillo Sarniento. Lee
el primer borrador del texto.
LOS PRIMEROS SEIS AÑOS DE
LA VIDA DE PEDRO SARMIENTO, “EL PERIQUILLO SARNIENTO”
La
sala de una casa que sin ser rica tampoco es pobre. Algunos muebles de
la época colonial. Una puerta a la derecha (va a una recámara) una a la
izquierda (va a la calle). Una ventana.
Periquillo:
(Evocando con gracia) Nací en México, capital de la Nueva España por el
año de 1771, de unos padres no ricos pero tampoco pobres. Tan pronto
nací, mis tías y abuelas decían: (Entran tres mujeres con un bebé que
todas quieren tener.)
Mujer 1: (Recomendando)
Hay que amarrarle las manos.
Mujer 2: Con cuidado.
Mujer 3: Si se las dejan sueltas puede resultar
asustadizo.
Mujer 2: O volverse manilarga de grande.
Mujer 1: Así nos criaron a nosotras…
(Llegan
el padre y la madre de Pedro Sarmiento.)
Periquillo: Me bautizaron con el nombre de Pedro,
llevando después el apellido de mi padre que era Sarmiento.
Mujer 1 (Muy solemne.) Hemos determinado, de común
acuerdo, que a este niño se le dé nodriza…
Mujer 2: (Con desenfado.) Esto es, chichihua, como
decimos por acá.
Periquillo: Quedé pues encomendado al cuidado o al
descuido de mi chichihua, nana o nodriza, que seguramente carecía de
educación. Yo salí bastante mal intencionado porque no fue una sola la
que me crió, y de cada una fui tomando algo: la que no era borracha, era
grosera; la que no, ladrona. (La madre dirá sus parlamentos los cuales
confirmarán las mujeres indicando “sí” con el movimiento de la cabeza.)
Madre: Yo le daré a mi niño lo que desee: si quiere mi
rosario, el dedal con el que coso, un dulcecito o cosa semejante, se la
daré al instante, pues no quiero que sufra. Si la criada lo molesta, por
lo menos haré que la castiguen. (Al padre:) No le voy a racionar los
alimentos ni en cantidad ni en calidad…
Periquillo:
(Con cierta resignación.) Con razón a los pocos meses logró verme
enfermo, barrigón y descolorido.
Madre:
(Prosiguiendo) …Y dejarlo que duerma hasta las quinientas. Lo bañaré lo
menos posible y cuando deba hacerlo, será con la recámara muy abrigada y
con agua bien caliente.
Periquillo: Mi padre era un hombre muy juicioso y muy
prudente, pero amaba a mi madre con extremo y ¡qué consentido y
malcriado me educaron! ¿A mí negarme lo que pedía?
Mujer 1: (Al bebé:) Imposible.
Periquillo: ¿Reñirme por mis primeras groserías?
Mujer 2: (_____________) De ningún modo.
Periquillo: Refrenar los ímpetus primeros de mis
pasiones.
Mujer 3: Nunca.
Periquillo: Todo lo contrario, mis venganzas, mis
glotonerías y todas mis necedades, pasaban por gracias propias de la
edad. Así viví en mi casa los seis primeros años que vi el mundo, pero
llegó el momento de ir a la escuela donde no logré saber lo que debía y
supe lo que nunca debí haber sabido; pero ese es otro capítulo.