Una fuente frecuente de discriminación es establecer características 
culturales y sociales a las personas a partir de estereotipos, que son 
modos parciales y distorsionados de ver y valorar a las personas por uno 
de sus rasgos, como su edad, sexo o nacionalidad.
Al guiarnos por estereotipos, antes de conocer a las personas, o 
incluso sin conocerlas, creemos saber cómo son y actúan, sin darles 
oportunidad de expresarse. Es decir, las juzgamos antes de conocerlas, las 
prejuzgamos. Ése es el origen de lo que se llama 
prejuicio
.
Actuamos con prejuicio, prejuzgamos, por ejemplo, si decimos que hay 
juegos, como el futbol, que las mujeres no pueden jugar porque son 
débiles y se ven mal disputando un balón, o que sólo pueden dedicarse a 
coser o cocinar, actividades que los hombres no deben realizar.
Por el contrario, pensamos y actuamos sin prejuicio, es decir, sin obedecer 
a estos estereotipos, si entendemos que toda persona puede dedicarse a 
¿Conoces el origen de estas plantas?
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