E
l Nuevo Reino de León no 
siempre fue un lugar tranquilo. 
Había un gobernador, que 
cambiaba cada cuatro años, y sus 
alcaldes y tenientes mantenían 
el orden. El rey y el virrey se 
encontraban muy lejos y muchas 
veces los pobladores tenían 
que enfrentar asaltos de los 
indígenas y otras situaciones 
adversas, como la falta de lluvia 
o los huracanes. En estos casos, 
los vecinos organizaban patrullas 
militares para castigar y capturar 
a los indígenas rebeldes o se 
ayudaban entre sí para enfrentar 
las desgracias: rezaban, salían 
en procesión y celebraban 
juntos cuando el peligro había 
pasado. En estos casos, durante 
las celebraciones religiosas y las 
festas del pueblo se olvidaban de 
las grandes diferencias sociales y 
raciales que injustamente  
los separaban.
3. Gobierno y 
sociedad en 
los pueblos y 
en las ciudades 
virreinales
Escudo de la corona de Castilla y León que 
enarbolaban las carabelas que descubrieron 
el nuevo mundo.
Escudo actual del gobierno del estado.