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BLOQUE CINCO
Guadalupe! Tal te quiero, Crespa: y ella era tiñosa. ¡Mencieta! ¡Inés García, mujer! ¡Oh, qué gran trabajo
tiene el ofcial que el día de hoy ha de sustentar casa y Familia, especialmente con un ofcio como este
mío, que para ganar medianamente la comida es menester madrugar, y aun ojalá baste! Inés García,
¿oíslo?
INÉS.- Ya os tengo oído. ¿Qué queréis? ¿Comenzáis de mañana a alborotar los vecinos? ¡Gruñidor,
gruñidor!
PASCUAL.- Asomaos ahí, que es medio día, y no hay pelo de hacienda hecha en toda la casa.
INÉS.- ¡Jesús, Jesús! Líbreme Dios de mal hombre y de mala mujer, y de falso testimonio, si no ha más de
dos horas que ando por este entresuelo.
PASCUAL.-
Pues acabad, llamadme esta gente, hágase lumbre y enciéndase luego esa fragua;
comenzarse
ha a hacer hacienda, y abrochaos esos pechos, que no parescéis sino verdaderamente a la
entenada del Miércoles Corvillo.
INÉS.- Ya, ya; maten aquel gazapo. ¿Para qué es nada de eso, la de Alonso? Al cabo de cuarenta y dos
años
de casamiento le parezco antenada del Miércoles Corvillo. Pues ansí parezca yo ante faciem
angelatus
, como yo creo que os debo de parecer bien.
PASCUAL.- Sí, sí; como es niña, no me maravillo.
INÉS.- Pues no por los muchos años, sino que trabajos me hicieron encanescer temprano.
PASCUAL.- Tal se ha de creer de vos. Haced levantar esa gente; dejémonos agora de entender en cosas de
poca importancia.
INÉS.- No lo digo sino por las edades, que aun el cura que me baptizó pudiera agora ser vivo, si no
muriera el año de la langosta.
PASCUAL.- Calla ya; pueden asombrar con ella los muchachos como con la paparrasolla. Hacernos ha
encreyente que añubla.
INÉS.- No es buena fe, marido, sino que se me cayó temprano la dentadura, que de otra manera, en mi
ánima tan fresco tuviera yo mi rostro como un albahaca. ¡Mencieta, ah, Mencieta!
MENCIETA.- Ya voy, señora.
INÉS.- ¿Es hora, dueña? Aguardad que entre el sol por los resquicios.
MENCIETA.- ¡Jesús, heme aquí! ¿Qué manda?
INÉS.- ¿Qué hace Armelina, mi hija?
MENCIETA.- Acabó anoche aquella gorguera, y aún no ha una hora que se acostó.
PASCUAL.- ¿Has encendido lumbre?
MENCIETA.- Aqueso quería hacer.
PASCUAL.- ¿Qué hace Guadalupe?
MENCIETA.- ¿Guadalupe, señor? Mi ánima Fuese con la suya.
PASCUAL.- ¿Cómo? ¿Qué tiene?
MENCIETA.- Bien será menester una trompeta bastarda para que recuerde.
PASCUAL.- Pensé que tenía mal alguno, que ya me habías alterado.
MENCIETA.- Tal mal pase por Mencieta.
PASCUAL.- ¿Qué? ¿Nunca te ves tú harta de dormir? ¡Eso te Falta!
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