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Analizas la transición que va de la cosmología medieval
a los problemas de la modernidad
Sin embargo, la Modernidad será cartesiana. En especíFco, la corriente FlosóFca
llamada “racionalismo” seguirá los pasos de Descartes. Esta escuela partirá de al-
gunas ideas innatas básicas –que, como hemos dicho, no dependen de la expe
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riencia, sino que se tendrían ya como una especie de contenido “pre-grabado” en el
alma humana– para desarrollar soFsticados modelos explicativos del mundo, la na
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turaleza y hasta de la ética y los asuntos humanos. Como Descartes, los racionalis-
tas tuvieron el problema de explicar cómo el alma y el cuerpo pueden comunicarse
entre sí (mismo que fue llamado “problema de la comunicación de las sustancias”).
Los racionalistas ofrecieron respuestas diversas. Por ejemplo, el sacerdote N. Ma-
lebranche (1638-1715) propuso que, en realidad, alma y cuerpo no se relacionan
entre sí, sino que ambos son movidos por Dios de modo
sincronizado
. Esta teoría
ue llamada “ocasionalismo”. El gran matemático, cientíFco, diplomático y Flóso o
G. W. Leibniz (1646-1716), por su parte, aFrmó que Dios no necesita estar sincro
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nizando constantemente al alma y al cuerpo, pues como un buen relojero, puede
“programarlos” desde un inicio para que actúen siempre al unísono. A esta teoría se
le llamó “armonía preestablecida”. La solución más extrema la propuso el pensador
judío Baruch Spinoza (1632-1677), que, por varios motivos teóricos, sostuvo una
postura panteísta (es decir, una postura en la que el mundo y Dios se identiFcan ple
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namente; no hay diferencia entre la naturaleza y Dios). En Spinoza no hay problema
de la comunicación de la sustancia porque
sólo hay una sustancia
: Dios mismo o el
mundo, y todos nosotros, almas, cuerpos, vivientes, cosas, somos sólo modos de
esa sustancia inFnita que se despliega con sus atributos espirituales y materiales.
Como imaginarás, además de los problemas y persecuciones religiosas que esto
le atrajo a Spinoza, se trata de una teoría en la que temas como la libertad humana
resultan muy difícil de articular.
También es problemático el punto de partida mismo del racionalismo: las ideas inna-
tas. ¿En realidad las tenemos? ¿No decía más bien la escuela aristotélica que todo
nuestro conocimiento pasa necesariamente por los sentidos? Con esta inquietud
surgió otra gran corriente de pensamiento postcartesiano, que creció sobre todo en
Gran Bretaña: el empirismo. La palabra
empeiria
en griego signiFca experiencia: y
es que lo común a todos los empiristas es negar la existencia de las ideas innatas y
sostener que todas nuestras ideas se construyen a partir de las sensaciones. Como
ya puedes in erir, la infuencia de Ockham y de Bacon está presente también en este
modo de Floso ar.
Las principales Fguras del empirismo ueron Thomas Hobbes, John Locke (1632-
1704), George Berkeley (1685-1753) y David Hume (1711-1776). Entre ellos hay
di erencias relevantes. Thomas Hobbes ue un Flóso o inglés que inaugura la F
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losofía política moderna. Tuvo la mala suerte de vivir en carne propia la discordia
de la sociedad de su tiempo. Imagínate que dice que el miedo nació con él. Así las
cosas, Hobbes pensó que lo peor que le podía ocurrir a una sociedad era vivir en la
anarquía.