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B
loque
I
Identifcas la Filoso ía como disciplina global
Decíamos que la presencia del mito impide el surgimiento de cuestionamientos,
pero hay que matizar.
Preguntas como
¿por qué me enfermé? o ¿por qué este
año está tardando en llover?, están al alcance del pensamiento mítico, aunque, por
supuesto,
son contestadas en términos de la acción favorable o adversa de los
dioses.
Pero son incapaces de hacerse las preguntas que aún hoy, gracias a la Filosofía y
la ciencia, nos seguimos haciendo. Gracias a la revolución de la inteligencia enca-
bezada por los primeros flósoFos, Fue posible comenzar a preguntar
no sólo por la
explicación de los acontecimientos concretos que afectan nuestras vidas, sino
por
las leyes que los rigen y explican por qué ocurren en unas ocasiones y en otras no.
Los primeros flósoFos se rehusaron a seguir creyendo que las cosas y los aconte
-
cimientos se originaran por la voluntad de los dioses. ¿Y qué ocurre
si nos queda-
mos sin
la acción de los dioses como explicación de las cosas, ? Pues nos vemos
obligados a suponer que las cosas se explican unas por otras. Eso fue lo hicieron
los primeros flósoFos: se exigieron
buscar el origen de las cosas percibidas con los
sentidos en otras cosas también percibidas por los sentidos,
y no
ya en los actos
y caprichos de los
dioses.
Pero no sólo eso: además,
presintieron que esas relaciones entre las cosas se dan
de manera regular, ordenada, de acuerdo con leyes que podemos conocer.
Y esta visión, de un mundo compuesto nada más que por
cosas que son causadas
por otras cosas,
en el que todo tiene una causa y está sometido a leyes estables
que existen por sí mismas,
corresponde nada menos que a lo que aún hoy lla-
mamos
Naturaleza. Los primeros flósoFos descubrieron la idea de naturaleza. La
llamaron physis (de ahí viene nuestra palabra: Física).
Por supuesto, el estudio
de la naturaleza se ha prolongado por siglos, la humanidad
ha ido develando sus secretos, en un proceso a veces algo lento, a veces sensa-
cionalmente acelerado, en el que sin embargo a veces hay retrocesos. Actualmente
vivimos sin duda en una época de esplendor de la ciencia. Cada día se modifca
nuestra visión del mundo gracias a un nuevo descubrimiento científco.
Y si tomamos como punto de comparación estos logros, la mayoría de las explica-
ciones de los primeros flósoFos seguramente
nos parecerán
insatisFactorias.
Pero ellos inauguraron el camino de la explicación racional de la realidad. Porque,
como ya señalábamos, gracias a ellos la humanidad comenzó a buscar las causas
de las cosas en otras cosas, no ya en seres imaginarios que nunca nadie había es-
cuchado o visto directamente. Y ha sido por esta vía - que nunca se desvía del axio-
ma de que toda cosa real tiene por causa otra cosa igualmente real -
que la ciencia
ha llegado al desarrollo impresionante que aún hoy continúa asombrándonos.