consciente y deliberada de ciertos individuos de producir experiencias estéticas, por medio del
movimiento (Lavalle, 1993).
En la danza espontánea la experiencia estética se vivencia ligada a la vida comunitaria. El ideal
estético es valorado y reconocido colectivamente, de modo que la creatividad de un danzante o
de un bailador se rige y circunscribe a estos valores: preservar la tradición es más importante
que innovar. La danza con fines rituales y el baile social se construyen sin pretensión artística
alguna, no poseen una finalidad estética.
En cambio, en la danza escénica o teatral, la finalidad estética da sentido a su producción: el
artista, además de expresar emociones y pensamientos, busca la exaltación y sublimación de
las formas.
Lo estético no es sólo medio de expresión, como en la danza espontánea, sino un
fin en sí mismo (Bonfiglioni, 1995). Para que el artista
sea considerado como tal debe producir
algo inédito. La creación individual y la innovación permanentes son sus objetivos.
Foto: Rocío Hidalgo, “El
diario de Caronte” (trabajo en proceso), idea original y dramaturgia Raúl Parrao,
intérprete José Rapalo Tx, UX Onodanza, Danza Bizarra, 2007
Reúnete en un equipo con tres compañeros. Distingan las finalidades y contextos de producción
de la danza espontánea y la danza escénica.
Discutan acerca de su valor cultural.
Elaboren un
breve escrito con sus reflexiones:
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