sucesos. Recuerden que una diferencia entre el teatro y la danza es que esta 
última no recurre a las palabras para expresar una emoción, por lo que debe 
sintetizarla en unos pocos gestos, posiciones y movimientos.  
3. Acompañen los movimientos creados con alguna música, que puede ser del 
grupo descrito o bien cambiar por completo el tono con una música contrastante, 
lo que puede producir un interesante efecto.  
También la literatura es una rica fuente de situaciones expresivas. Los coreógrafos 
frecuentemente 
toman novelas, cuentos y poemas en la producción de sus obras. Para 
ello lo primero que hacen es un 
guión
. 
A continuación te presentamos una 
Historia en movimiento
elaborada por Josefina 
Lavalle y el guión para crear la danza. Léelo cuidadosamente.  
Imaginemos un mundo en donde todas las cosas tienen 
su historia, de modo que no es extraño que inventemos 
La historia de un papel. 
Ésta era una elegante hoja de papel muy estirada 
y limpia, orgullosa de su juventud y de su digno 
porte. Al correr de sus días, llegó sin saber por qué 
ni cómo, a la mesa de un dibujante poco experto y 
siempre 
inconforme 
con 
sus 
creaciones. 
Después 
de 
algunos días de estar en espera sobre la mesa de 
trabajo, la hoja de papel fue arrastrada por una mano 
temblorosa, 
que 
la 
puso 
indefensa, 
debajo 
de 
la 
afilada punta de un lápiz. La punta del lápiz hizo 
algunos trazos sobre ella de manera accidentada y 
luego se alejó. En ese momento la hoja sintió con 
dolor que dos manos grandes y torpes la estrujaban 
hasta transformarla en una bola de papel arrugado, 
sin dignidad alguna. 
Su suerte iría de mal en peor. Arrojada por la 
ventana hacia la calle se vio de pronto rodando entre 
los coches y autobuses que como búfalos con ruedas 
amenazaban con aplastarla. En un último esfuerzo, la 
hoja de papel se hizo a un lado, sintió un fuerte 
golpe 
y, 
arrojada 
por 
los 
vehículos 
y 
el 
viento, 
terminó sobre el remanso de una pequeña jardinera. 
Su mala suerte no terminó ahí. Enormes gotas de 
agua bajaban del cielo intentando terminar con su 
vida, de ello estaba segura. Desfallecida y sin poder 
moverse 
por 
sí 
misma, 
quedó 
a 
merced 
de 
la 
inclemencia 
del 
tiempo. 
El 
aguacero 
no 
se 
hizo 
esperar. La hoja de papel se sintió perdida, truenos 
y relámpagos parecían tijeretazos que pasaban a su 
lado cortándola. Pero sucedió que un pequeño pino que 
estaba cerca de ella sintió pena y alargó algunas de 
sus ramas verdes y tupidas hasta cubrir a la pobre 
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