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E S P A ñ O L I I
Libro para el maestro
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Lee el siguiente fragmento tomado del cuento “Los héroes de la fiebre”, en el que un joven soldado, Hernán, 
le escribe cartas a su padre relatándole lo que le sucede lejos de casa. Responde las preguntas 7 a 9.
Los héroes de la fiebre
Eduardo Bahr
Papá:
[…] Te cuento que no tengo muchos amigos. Casi no les hablo porque no me siento bien metido en este 
uniforme y cargando este montón de balas. Yo te había dicho que no me gustaba este asunto de las armas 
y creo que le diste instrucciones a Leonardo para que me esté vigilando.
Sólo pasa por encima de mí; me manda hacer cualquier cosa con tal de que no esté de balde; me pone en las 
líneas de los vigías, que es por donde se supone que van a llegar los enemigos, me pone de guardia y me jode 
en todo. Ayer que llegamos me dijo que no me creyera que porque era mi hermano me iba a tener de niño 
bonito. Ojalá que esta vaina termine lo más pronto para pedir mi baja. Decíle a mamá que estoy bien y que 
espero verla pronto. A Celina que no me toque los libros que dejé en el librero. A vos te mando un buen 
abrazo. 
Tu hijo que te quiere
HERNÁN
[…]
Papá:
Anoche me hirieron pero no es nada de cuidado, no te preocupés, ni que se preocupe mi 
mamá. Me agarraron cuando estaba de vigía en una 
guama
y fíjate que me agarró un 
miedo horrible y si no salto creo que me matan. Los otros me molestaron porque dicen 
que grité como Tarzán y que me puse a disparar como loco. Tengo un poco de fiebre y lo peor es que no hay 
nada que comer, en la tardecita vamos a buscar gallinas para robar pero no encontramos nada porque la 
gente se ha ido. Sólo hay moras verdes y hojas de vaca gorda y por eso no nos morimos de hambre y de sed, 
porque ya nadie nos manda nada de Tegucigalpa, que a lo mejor ya está en manos del enemigo. Vos podés 
esconderte en la casa del tío Julián y de mi tía María Andino, que están bien escondidas en el monte. Esto por 
si recibís esta carta. Leonel anda en misión […] en un lugar que se llama El Ujuste y que debe ser grande 
porque tienen como seis horas de estar peleando y van viniendo los heridos por montones, que es lo que 
vieras como pone los pelos de punta, porque dan unos gritos y como yo estoy con ellos los veo que tal vez los 
ha levantado una granada y tienen la mitad de pecho hundido y una masa de sangre con las hilachas del 
uniforme y otros que traen la cabeza en pedacitos y se pasan gritando como si los están ahogando a la 
fuerza. A mí me están dando ganas de agarrar por el lado de la carretera, a ver si llego a casa pero estoy 
esperando a Leonel para decirle lo que voy a hacer y si me quiere matar que me mate. Esto es broma, no te 
preocupés. 
Eduardo Bahr. (comp. Poli Délano) “Los héroes de la fiebre”, en 
Cuentos centroamericanos
. 
Barcelona: SEP/Andrés Bello, Rincones de Lectura, 2000. pp. 69-78.
guama: 
árbol