ser usando motivos similares, o muy contrastantes; puede ser cambiando de dirección,
si la melodía tiende a ascender, entónala descendiendo; puedes conservar el mismo
ritmo y cambiar sólo las notas.
Lo único que tienes que conservar es el compás y la extensión de la sección (el número
de compases). Esto es conveniente para darte un esquema sobre el cual apoyarte para
tu composición, pero no es un requisito indispensable para la forma ternaria, los temas
secundarios pueden variar en extensión y tipo de compás.
Improvisa entonando una frase melódica que responda a la primera. Cántala varias
veces y cuando te haya gustado escríbela.
Con tu frase melódica, canta una composición completa en forma ternaria:
A: frase original, la que cantó tu maestro
B: la frase de tu invención
A: repite la frase inicial.
Escucha las composiciones de tus compañeros y analiza las siguientes preguntas: en
qué son similares o diferentes a tu composición, qué partes te gustaron más, qué ideas
te pueden servir para componer otra obra musical.
Cuando todos han participado, el maestro interpretará la canción original completa, con
la sección A y la sección B. ¿Qué te parece?, ¿te la esperabas así?, ¿te gusta?, ¿qué
aprendiste?
2.3 El rondó
El rondó es también una forma por repetición de secciones, donde una parte se repite,
alternando con partes distintas. Su esquema es A-B-A-C-A, aunque puede ser más
largo, dependiendo de cuántas secciones se intercalan. Esta forma admite variantes,
donde a veces el tema primero (A) se repite dos veces seguidas antes de alternar con
los otros, o bien se repite en la parte central. La palabra rondó proviene del francés
(
rondeau
) que significa redondo, de aquí su estructura circular, que vuelve al punto de
inicio. El rasgo típico del rondó es la vuelta al tema principal después de cada sección
alterna. Estas secciones secundarias tienen la función de proporcionar contraste y
equilibrio. Al igual que la forma ternaria, el rondó es una forma musical muy antigua
pero que se ha mantenido vigente por su fluidez y vigor.
Desde la canción de estrofa y estribillo hasta el
Rondo alla Turca,
de W. A. Mozart, la
forma rondó sigue atrayendo nuestra atención y despertando el gusto generalizado.
Algo hay en nuestra propia estructura mental que hace eco con el equilibrio de la forma
rondó. Tendemos a sentirnos cómodos con lo conocido, con lo familiar; volver a
escuchar un tema que se ha alternado con otros contrastantes, nos provoca una
sensación de satisfacción que nos lleva a seguir disfrutando.
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