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Lee el siguiente texto y después contesta las preguntas correspondientes.
ENTREVISTA CON EL NOBEL MARIO MOLINA
Omar López Vergara
Respecto al cambio climático, quizá los expertos se dividan en dos: los que piensan que es imposible
detenerlo y los que creen que estamos a tiempo de cambiar de rumbo. ¿Cómo se definiría usted?
Como un optimista realista (risas) porque creo que el ser humano siempre ha resuelto sus problemas
y lo hará esta vez. El pesimismo de muchos colegas proviene de hallazgos científicos más recientes,
los cuales indican que el problema es más serio de lo que pensábamos, sobre todo porque no
veremos reducciones en las concentraciones de bióxido
de carbono en la atmósfera hasta dentro
de unos mil años.
Pero el bióxido de carbono es apenas la mitad del problema: hay otros gases y partículas, como
hollín o metano,
que afectan al clima de manera mucho más “eficiente” que el bióxido de carbono.
¿Qué significa esto? ¿Acaso las acciones contra el cambio climático han estado mal enfocadas?
En otras palabras: ¿nos hemos equivocado de compuestos?
No, y quiero decir esto con mucho énfasis: no es suficiente enfocar las acciones sólo en el bióxido
de carbono.
Ahora existe un consenso entre mis colegas respecto a la urgencia de controlar esos
otros compuestos,
que implica llevar a cabo una enorme revolución cultural e industrial.
Si a su cargo estuviera la dirección de la política energética en América Latina,
¿cuál sería su primera estrategia para enfrentar el problema del cambio climático?
Yo creo que lo primero es fomentar una política de ahorro de energía en todos los rubros
problemáticos:
transporte, industria, vivienda, generación de electricidad.
Estados Unidos ahora apuesta por el “carbón limpio”, que aún es muy controvertido.
¿Usted lo incluiría dentro de un paquete de soluciones para América Latina?
Sí, pero con limitaciones. Dada la abundancia del carbón, la única manera de seguir usándolo
a gran escala sin dañar el medio ambiente es con el método de captura y almacenamiento
del bióxido de carbono.
¿Tendría que incluirse la energía nuclear en este portafolio energético latinoamericano?
Desde luego hay una gran controversia respecto a la energía nuclear. Principalmente por su
alto costo,
el cual es relati-vo porque una planta nuclear dura muchos años,
así que en el
balance integral no resulta tan costosa.
A pesar de todo esto, México sigue invirtiendo gran cantidad de recursos en extracción
de petróleo.
¿No tendríamos que desligarnos ya del petróleo?
No todavía, porque el petróleo debe verse como una solución temporal para la demanda
mundial de energía,
una solu-ción de transición que sin embargo no puede usarse
indefinidamente. El mayor obstáculo para el cambio
sigue siendo el bajo precio de los
combustibles fósiles, dado que en la ecuación de su costo no se incluye
aún el daño
al medio ambiente.