LA ENTIDAD DONDE VIVO
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“Después de mucho caminar se 
cansó el piñón, quedándose a vivir 
en la parte más alta de la sierra”.
El encino alcanza hasta 25 m de 
altura; su fruto es la bellota.
Mito kumiai: 
El viaje de los árboles sagrados
Hace muchos años salieron del cantilar de La Rumorosa 
el pino, el piñón y el encino; caminaban hacia la costa.
Después de mucho caminar se cansó el piñón, 
quedándose a vivir en la parte más alta de la sierra; 
siguieron caminando el pino y el encino. Casi llegando 
al poblado de La Huerta, donde aún viven los indígenas 
kumiai, se cansó el pino, conociéndose a este lugar como 
pino bailador; desde entonces los cucapá daban ahí los 
últimos ensayos —antes de llegar a La Huerta— de la 
fiesta del 4 de octubre a la que asistían año con año.
Por último, el encino siguió su camino pues tenía la 
intención de llegar a todas las tribus kumiai para darles 
la bellota con que preparan su alimento, de tal manera 
que llegó a todas las comunidades de la costa.
Es por eso que, actualmente, todas las comunidades kumiai 
cuentan con encinos para preparar el atole de bellota.
El encino es una especie amenazada, en peligro de 
extinción por sus múltiples usos: sus semillas se utilizan 
para preparar alimentos y su tronco sirve de leña o para 
la producción de carbón.