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Tema 4.
Paisajes y vida cotidiana que nos hablan del pasado
Así como hay historias familiares que se transmiten de 
generación en generación, es decir, de padres a hijos, 
también hay anécdotas e historias de acontecimientos 
que las personas cuentan como sucesos reales mezclados 
con fantasía; a éstas se les llama leyendas, como las que 
a continuación se presentan. 
El Coromuel
La ciudad de La Paz estaba en sus comienzos. Un humilde caserío 
al norte de El Estero. Los vecinos eran alegres y observadores. 
En las tardes salían a conversar en las afueras de las cabañas. 
Cada quien 
oteaba
la bahía en espera del regreso de los 
pescadores, hasta que una tarde empezaron a notar el arribo de 
una nave misteriosa que anclaba en la ensenada. Lo intrigante era 
que nadie bajaba de a bordo. El arribo del barco coincidía con un 
airecillo delicioso que empezaba a soplar a las cuatro de la tarde.
Entre los vecinos corrió el rumor: era el pirata Cromwell 
que había llegado a la ensenada para buscar una cueva donde 
enterrar su tesoro. Y los pescadores miraban con curiosidad que 
la nave aparecía de nuevo tras constantes salidas.
Cuando el pirata hacía su entrada, todo mundo decía: ¡Ya 
llegó El Coromuel!, descomponiéndose así el apellido del pirata 
que bautizó la brisa de cada amanecer. 
En tiempos de verano 
nos salva del intenso calor. Todavía los pescadores se 
apostan
en el puente de El Esterito, esperando la visita de Cromwell.
Fuente: 
Tradición popular, “El Coromuel”, en 
Lecturas de Baja California Sur
, 
Gobierno del Estado de
BCS
, México, 1990, p. 32.
Las ciruelas de El Mogote
Cuenta la leyenda que las ciruelas solucionaron 
un grave conficto entre dos tribus que habitaban 
El Mogote.
Los aripas y los guamichis eran enemigos 
irreconciliables y continuamente tenían 
enfrentamientos sobre todo para defender 
los límites de sus propiedades. Uno de tantos 
días, los aripas lograron capturar a la princesa 
Immigná, la bella hija del rey Guamichi. 
Inconsolable, el padre envió diversas embajadas 
para suplicar la devolución de su adorada hija, 
pero todos los esfuerzos resultaron vanos.
Como último y desesperado recurso, al rey 
se le ocurrió enviarle un regalo a su enemigo, 
que consistió en un caparazón de caguama 
rebosante de frescas y apetitosas ciruelas. 
Gustaron tanto las frutas al rey aripa y tan 
agradecido se mostró con ello, que ordenó la 
inmediata devolución de la princesa cautiva. 
Desde ese incidente las tribus vivieron en paz y 
en recíproca colaboración.
La misma leyenda trae aparejado un corolario 
en el que se aFrma que la persona que come 
ciruelas de El Mogote, se queda para siempre  
en La Paz.
Fuente: 
Tradición popular, “Las ciruelas de El Mogote”, 
en 
Lecturas de Baja California Sur
, Gobierno del Estado 
de 
BCS
, México, 1990, p. 34.
Si te interesa leer otras 
leyendas de Baja 
California Sur, consulta 
el libro: 
INEA
, 
Lecturas 
de Baja California Sur
, 
México, Gobierno del 
Estado de 
BCS
, 1990.
Para investigadores
Otear: 
examinar o mirar 
con cuidado.
Apostar: 
situarse en un 
lugar esperando.
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