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Los mexicas lanzaron piedras y golpearon a Moctezuma 
hiriéndolo de muerte.
Las batallas entre indígenas y españoles continuaron. Los 
españoles combatían con espadas, caballos, perros y 
armas de fuego. Los mexicas peleaban con lanzadardos, 
macanas, flechas y piedras. Se habían quedado sin gobernante, 
pero uno de los nobles, Cuitláhuac, tomó el lugar de 
Moctezuma para encabezar la lucha contra sus enemigos.
¿Cómo conquistaron México-Tenochtitlan 
los españoles?
Cortés reafirmó su alianza con los tlaxcaltecas y 
consiguió el apoyo de otros pueblos indígenas 
de los valles de Cuernavaca y de Atlixco. 
Cuando volvió a atacar México-Tenochtitlan, 
pensó que la única manera de triunfar sería 
combatiendo por agua y tierra.
Mientras Cortés organizaba el asalto, los 
indígenas fueron atacados por un nuevo 
enemigo: una gran epidemia de viruela. La 
enfermedad mató a muchísimos indígenas, 
entre ellos a Cuitláhuac. Por decisión del 
concejo de ancianos, Cuauhtémoc se convirtió 
en el nuevo jefe de los mexicas.
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Batalla entre españoles y tlaxcaltecas contra los 
mexicas, 
Lienzo de Tlaxcala
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Pequeños barcos atacan México-Tenochtitlan desde 
el lago, 
Códice Florentino
.
Una de las ventajas más 
importantes que tuvieron los 
conquistadores sobre los guerreros 
mexicas fueron las armas. Los 
españoles llevaban muchos siglos 
utilizando el metal para fabricarlas; 
en cambio, los mexicas sólo 
utilizaban piedra y madera para 
elaborar las suyas.
Un dato interesante
A pesar de la superioridad de las armas españolas, 
el 30 de junio de 1520, los mexicas derrotaron a los 
españoles en la calzada que iba a Tlacopan. Hubo 
muchos muertos de ambos bandos, mucha sangre 
corrió por los canales. En medio del estallido de  
los cañones, se escucharon gritos de angustia  
de la gente que corría y lloraba por toda la ciudad.
Los mexicas hicieron prisioneros a varios españoles 
que intentaron huir, y muchos otros se hundieron 
en los canales más profundos con sus caballos. 
Después de esa batalla, Cortés se dio cuenta de la 
derrota y decidió refugiarse en Tlaxcala. Se dice que 
antes de abandonar la ciudad, el comandante se 
detuvo bajo un ahuehuete en Popotla, donde lloró.