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Iván se acercó a una casa y tocó  
la puerta.
—¿Quién es?  preguntó una voz  
de mujer.
 Somos tres viajeros camino a 
nuestros hogares. ²Podrías compartir  
con nosotros un poco de tu comida,  
buena mujer?
 ²Comida? No, no puedo. No tengo 
nada que compartir con ustedes.
 Gracias  contestaron los tres 
hombres.
IvÁn se acercó a otra puerta.
 Buenas tardes  saludó.
 ²Qué quieren?  preguntó  
sin cortesía una voz ronca.
 Quisiéramos algo de comer. Somos 
tres viajeros camino a nuestra casa. 
Hemos recorrido un tramo larguísimo  
y estamos hambrientos.
 No tengo nada que invitarles  
 contestó el hombre desde la ventana.
IvÁn tocó otra puerta, pero obtuvo  
el mismo resultado: nadie abrió y mucho 
menos lo invitaron a cenar.
 ¡Qué gente tan egoísta!  dijo Boris.
 No saben compartir  confirmó 
Mikolka, el otro viajero.
 ¡Ya sé!  exclamó IvÁn . Vamos 
a darles una lección a estas personas.  
¡Les enseñaremos a hacer sopa de piedra!