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Al otro día, cuando abrió
la tienda, encontró todo patas para
arriba. Aquello era un verdadero
desastre.
La mercancía de los mostradores
estaba tirada en el suelo, los sacos
de maíz y frijol despanzurrados;
los tomates apachurrados.
Esa noche, don Manuel estuvo
muy atento a cualquier cosa
que se oyera.
Ya muy tarde, después de la
medianoche, se oyó un ruidero
bárbaro.
Don Manuel y su familia fueron a
ver quÉ sucedía en la tienda. Cuando
abrieron la puerta se llevaron una
gran sorpresa.
de la tienda