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—Aquí vamos a descansar tantito —dijo 
el león—. Pensándolo bien, mejor te como 
de una vez. De tanto caminar ya no aguanto 
el hambre  agregó el león.
 Está bien  contestó el armadillo , 
pero primero canta una canción para que 
baile un poco. Cuando termines me comes.
El león aceptó y se puso a cantar. El 
armadillo bailó con mucha gracia al ritmo de 
la canción. Por fin terminó de cantar el león.
 Ahora sí te voy a comer.
 Cómeme, pues.