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Éste es el primer relato de cuando 
todo se hallaba inmóvil. Cuando 
no había todavía seres humanos 
ni animales ni árboles ni piedras, 
y todo estaba en calma y silencio. 
Sólo la mar serena se mantenía 
en reposo, tranquila y apacible, 
pues la faz de la Tierra aún no se 
manifestaba.
Nada había dotado de 
existencia. Mas en el centro de la 
noche eterna del inicio, moraban 
los Progenitores rodeados de 
aguas claras y transparentes, 
vestidos de plumajes verdes 
y azules, llenos de energía y 
pensamientos. Y ellos hicieron 
la palabra. Y en la oquedad del 
cosmos hablaron, meditaron y se 
pusieron de acuerdo para crear al 
hombre cuando la luz llegara.
La creación del hombre 
según los mayas
T
EXTO
: 
Adaptación de Antonio Domínguez Hidalgo 
I
LUSTRACIÓN
:
JuliÁn Cicero