Practica esta lección: Ir al examen
61
Si se iba a la siembra, a su
lado caminaban los duendes. Si
tomaba rumbo al mercado, a su
alrededor corrían los duendes.
Si platicaba con sus amigos,
los duendes se le quedaban
mirando con tamaños ojotes.
Además, como sucede en estos
casos, sólo Margarito podía verlos
y oírlos. Sólo él y nadie mÁs tenía
que aguantarlos.