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BLOQUE
IV
El ferrocarril tuvo un impacto positivo en el desarrollo 
económico del estado, y en general del país. Permitió que 
las regiones estuvieran mejor comunicadas entre ellas, 
lo cual produjo una mayor circulación de mercancías por 
toda la república. Puebla en particular se vio beneficiada 
con el algodón de Durango y Coahuila, el cual gracias 
al ferrocarril podía ser enviado a Puebla para que las 
fábricas instaladas aquí convirtieran esa materia prima 
en hilos, mantas y otra clase de textiles. A su vez, el tren 
permitía que las telas fabricadas en Puebla —existieron 
hasta siete industrias textileras en toda la entidad: en 
Atlixco, Huejotzingo, San Martín Texmelucan y Cholula— 
llegaran a la ciudad de México, Veracruz y a otras 
localidades que contaban con líneas ferroviarias. 
Fábrica textil.
Planta hidroeléctrica de Necaxa.
Lago de la planta hidroeléctrica de Necaxa. 
Estación de trenes de Puebla.
La tecnología moderniza la entidad
Hay que mencionar también las importantes obras 
públicas que se realizaron durante estos años en el estado 
de Puebla, en particular las que tuvieron que ver con 
la electrificación de las ciudades. La principal obra de 
ingeniería fue la hidroeléctrica que se construyó en el 
río Necaxa, donde una imponente cascada fue entubada. 
El agua, al caer desde lo alto de la montaña hasta el río 
Necaxa, producía suficiente energía que podía ser a la vez 
aprovechada para fines industriales y otros relacionados 
con la vida diaria de los habitantes de Puebla. ¿Imaginas 
el cambio drástico que significó la llegada de la luz 
eléctrica a la vida de los poblanos? 
Otra importante obra que se realizó en las ciudades 
fue la modernización del drenaje. Los tubos que existían 
entonces eran hechos de barro, un material sumamente 
frágil y que se gastaba muy pronto. Por eso se decidió 
reemplazar estas cañerías antiguas por tubos metálicos, 
que eran más resistentes a los sismos.