El dios de la lluvia era requerido para que derramara el 
preciado líquido sobre las cosechas. La diosa de la fertilidad era 
reverenciada para que concediera el don de la procreación a 
las mujeres. Por su parte, se invocaba al dios de la guerra para 
pedirle protección y auxilio.
Esta idea de ofrecer algo a la divinidad para agradecer o pedir 
algún favor, continuó entre la población indígena después de 
su encuentro con los españoles; la diferencia fue que los regalos 
se brindaron a los santos. En la actualidad, las festividades que 
están relacionadas con esta práctica prehispánica de ofrendar 
son la enrama y los altares de muertos.
También eran reverenciados los elementos de la naturaleza 
como el jaguar y el árbol de ceiba; de este último se pensaba 
que era el sostén del universo y el medio que unía al cielo con 
el inframundo, lugar donde moran los espíritus. 
Los pueblos prehispánicos explicaban la vida y el mundo que 
les rodeaba a través de mitos y leyendas que se transmitían 
de generación en generación. A pesar de la imposición del 
cristianismo, muchas de estas creencias han llegado hasta el 
presente, de modo que ahora son parte de la identidad cultural 
de los tabasqueños. Para reafirmar este aprendizaje, haz las 
actividades que se sugieren en esta página.
Actividades
¿Por qué crees que 
las personas del 
pasado explicaban 
los fenómenos de 
la naturaleza a través 
de mitos y leyendas? 
Comparte tus reflexiones con tus 
compañeros de grupo.
Los mayas nombraron Ixchel 
a la diosa de la fertilidad.
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Los primeros habitantes de mi entidad