Siendo Tomás Garrido gobernador interino en 1919, tuvo que viajar a la 
capital del país a entrevistarse con el general Álvaro Obregón, dejando 
en su lugar a don Carlos Greene. En 1922 fue gobernador electo para el 
periodo de 1923 a 1926 y nuevamente de 1930 a 1934.
En 1925, Garrido otorgó a la mujer tabasqueña el derecho de votar 
en las elecciones, acción relevante, ya que a nivel nacional se aprobó 
hasta 1953. También impulsó la educación, poniéndola al alcance de 
más niños y jóvenes, aun en espacios improvisados, y fortaleció las 
actividades del campo, en especial, el cultivo del plátano roatán y la 
producción de ganado vacuno.
La forma de gobernar de Garrido no fue del agrado de todos los 
tabasqueños, pues muchos estuvieron en contra de las acciones políticas 
emprendidas durante su permanencia en el poder, como la campaña 
contra el alcoholismo, que castigaba con prisión y multa a los que 
vendían alcohol y a los que eran sorprendidos ebrios en las calles, o por 
su postura antirreligiosa, que propició el atropello de los derechos de 
los creyentes a ejercer su religión. Entre los opositores al garridismo se 
encontraba Rodulfo Brito Foucher, quien planeó terminar su influencia 
en el estado, lo que logró en 1935 cuando derrocó al gobernador 
Manuel Lastra Ortiz, a quien Garrido había dejado en ese cargo.
Alumnos de primaria de la época garridista.
Mi entidad de 1920 a principios del siglo 
XXI
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