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BLOQUE CUATRO
Doy esfuerzo, doy temor.
Yo soy dulce y amargoso,
lastimoso,
y acarreo pensamientos,
doy placeres, doy tormentos,
soy en todo poderoso.
Puedo tanto cuanto quiero,
no tengo par ni segundo.
Tengo casi todo el mundo
por entero
por vasallo y prisionero:
príncipes y emperadores,
y señores,
perlados y no perlados;
tengo de todos estados,
hasta los brutos pastores.
PELAYO: ¡A, garzón de bel mirar!
¿quién te manda ser osado
por aquí, que es develado,
de casar
sin licencia demandar?
AMOR: Modorro, bruto pastor,
labrador,
simple, de poco saber,
no me debes conocer.
PELAYO ¿Tú quién sos?
AMOR Yo soy Amor. 110
PELAYO: ¿Amor que muerdes, o qué?
¿O, soncas, eres mortaja?
¡No te deslindo migaja!
Juraré
que tú sos quien yo no sé. 115
AMOR: Pues calla, que tú sabrás
y verás
en acueste día de hoy
enteramente quién soy,
y aún que no te alabarás.
PELAYO: ¿Amenazadme, zagal,
o qué es eso que departes?
Si presumes con tus artes,
juro a tal,
que quizás que por tu mal.
AMOR: ¡Calla, rústico grosero,
ovejero!
No te quieras igualar,
que en la tierra y en el mar
fago todo cuanto quiero.
PELAYO: ¿Tomas, tomaste conmigo?
Medrarás, yo te seguro.
AMOR: Eres un zafo maduro.
PELAYO: ¡Digo, digo,
suncas, que yo no soy higo!
AMOR: Eres triste lacerado,
tan quitado,
que por tu poco valor
más te querría perder
que tenerte a mi mandado.
PELAYO: Harto mal y mal sería,
el mayor que nunca tu,
cuando me tuvieses tú
sólo un día
a tu mandar y porfía.
AMOR: Pues ten por cierto de mí
desde aquí,
si te acontece otra tal,
yo haré que por tu mal
quede memoria de ti.
PELAYO: Tú ¿qué me puedes hacer?
Haz todo lo que pudieres,
que según lo que díceres,
a mi ver,
así te han de responder.
AMOR: ¿Aún te quieres igualar
y parlar?
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