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Cuaderno de actividades de aprendizaje /
Literatura II
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o el Eterno no hubiera promulgado
una ley contra el suicidio! ¡Ah, Dios, Dios,
que enojosos, rancios, inútiles e inertes
me parecen los hábitos del mundo!
¡Me repugna! Es un jardín sin cuidar,
echado a perder: invadido hasta los bordes
por hierbas infectas. ¡Haber llegado a esto!
Muerto hace dos meses.
.. No, ni dos; no tanto.
Un rey tan admirable, un Hiperión
al lado de este sátiro, tan tierno con mi madre
que nunca permitía que los vientos del cielo
le hiriesen la cara. ¡Cielo y tierra!
¿He de recordarlo? Y ella se le abrazaba
como si el alimento le excitase
el apetito; pero luego, al mes escaso.
..
¡Que no lo piense! Flaqueza, te llamas mujer.
Al mes apenas, antes que gastase los zapatos
con los que acompañó el cadáver de mi padre
como Níobe, toda llanto, ella, ella
(¡Dios mío, una bestia sin uso de razón
le habría llorado más!) se casa con mi tío,
hermano de mi padre, y a él tan semejante
como yo a Hércules; al mes escaso,
antes que la sal de sus lágrimas bastardas
dejara de irritarle los ojos,
vuelve a casarse. ¡Ah, malvada prontitud,
saltar con tal viveza al lecho incestuoso!
Ni está bien, ni puede traer nada bueno.
Pero estalla, corazón, porque yo debo callar.
Entran HORACIO, BERNARDO y MARCELO.
HORACIO.- Salud a Vuestra Alteza.
HAMLET.- Me alegro de veros.
..
¡Horacio, o no sé quién soy!
HORACIO.- El mismo, señor, y vuestro humilde servidor.
HAMLET.- Mi buen amigo, y yo servidor tuyo.
¿Qué te trae de Wittenberg, Horacio?
¡Marcelo!
MARCELO [
saludando
]
.- Mi señor.
..
HAMLET.-
Me alegro de verte. [
A BERNARDO
] Buenas tardes.
Pero, ¿qué te trae de Wittenberg, Horacio?
HORACIO.-
Mi afción a la vagancia, señor.
HAMLET.-
Que no me lo diga tu enemigo,
ni tú o±endas mis oídos confándoles
una imagen tan adversa de ti mismo.
Sé que no eres ningún vago.
Dime, ¿qué estás haciendo en Elsenor?
Te enseñaremos a beber a gusto antes de irte.
HORACIO.- Señor, he venido al funeral de vuestro padre.
HAMLET.- Compañero, no te burles, te lo ruego:
di más bien a la boda de mi madre.
HORACIO.- La verdad es que vinieron muy seguidos.
HAMLET.- Ahorro, Horacio, ahorro: los pasteles funerarios
han sido el plato frío de la boda.
Antes encontrar en el cielo a mi peor enemigo
que haber visto ese día, Horacio.
Mi padre.
.. Creo que veo a mi padre.
HORACIO.-
¿Dónde, señor?
HAMLET.- En mi pensamiento, Horacio.
HORACIO.- Yo le vi una vez: era un rey admirable.
HAMLET.- Era un hombre, perfecto en todo y por todo;
ya nunca veré su igual.
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