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Adviertes la condición humana derivada
de la Filosofía posmoderna
Otra característica del
Ser-ahí
es que él (o ella) no elige el
ahí
de su existencia.
Ninguno de nosotros eligió venir al mundo, ni en qué época histórica hacerlo, ni
a qué país, ni de qué padres nacer. Heidegger dice que cada uno de nosotros
simplemente fue “arrojado” al mundo, a una cultura particular.
Como decíamos, para Heidegger el modo de ser del hombre, es decir, del
Ser-ahí
,
está determinado en gran medida por la cultura a la que pertenece. Piensa como “se”
piensa en su medio social, cree las mismas cosas que todos los demás, reacciona
casi igual ante las mismas circunstancias, le gusta y desaprueba lo mismo que
a
la mayoría, etcétera. Es decir, el Ser-ahí vive sumergido en lo que Heidegger llamó
el “Ellos” (
das Man
), esa cosa sin rostro, impersonal, que está detrás del “se” de
se
piensa,
se
cree,
se
preFere, etcétera. (También podríamos pensar en el Ellos como
eso a lo que nos referimos cuando decimos “la Gente”: la “gente piensa”, “preFere”,
“cree”, “teme”, etcétera). El Ellos, o la Gente, no es nadie en particular, pero dicta a
todos o a casi todos lo que deben pensar, o cómo hacer las cosas: desde cómo se
enciende y maneja una computadora, hasta cómo se cocina una sopa, pasando por
el modo en que se siembra el maíz, o la forma de usar un serrucho.
Como te imaginarás, sin todo lo que le aporta el Ellos, el
Ser-ahí
simplemente
perecería, no sería posible su existencia. Pero Heidegger nos advierte que si
vivimos en todo según lo que nos dicta el Ellos, viviremos vidas
inauténticas
, es
decir, vidas que no son realmente las nuestras. Porque, si lo pensamos bien, de
entrada, nuestras opiniones, creencias, aspiraciones y decisiones no son nuestras,
son las del Ellos, las de la Gente. Nos gusta la misma música que a nuestros
amigos; queremos estudiar, trabajar divertirnos, tener dinero, una casa, amigos,
viajar, quizás algún día formar una familia. Pero queremos todo eso porque son las
cosas que quieren todos, las cosas que quiere la Gente, y por eso es que nuestra
vida es inauténtica, porque en realidad esos deseos no son nuestros.
Ahora, ¿cómo sería una existencia
auténtica
? Antes que nada es importante aclarar
que Heidegger no piensa que una existencia auténtica implique deshacerse por
completo de todos los deseos “normales”, ni convertirse en un “excéntrico”, ni nada
por el estilo. No, todas esas aspiraciones, son compatibles con una existencia
auténtica del Dasein, pero a condición de que las hagamos verdaderamente
nuestras.
¿Y cómo logramos esto? Heidegger no fue muy generoso en detallar qué puede
hacer un Ser-ahí para alcanzar una existencia auténtica. Su principal libro,
Ser y
tiempo
(publicado en 1927), utiliza un lenguaje muy difícil, con muchas palabras
creadas por el autor. Por otra parte, una de las soluciones que Heidegger propuso al
Ser-ahí
para vivir con autenticidad, fue una solución de carácter más bien colectivo,
y muy discutible. Un poco más adelante nos referiremos a ella.