la gran distancia que separaba a bailarines profesionales de los aficionados disminuyó
considerablemente.
La danza moderna, principalmente en Alemania, generó un vigoroso movimiento, caracterizado
por la continua experimentación, sustentada en el
estudio de los factores o elementos que
componen el movimiento: espacio, tiempo, energía y flujo. Este proceso buscaba la generación
de estrategias educativas que permitieran a los estudiantes desarrollar su creatividad y una
expresión propia. La tradición educativa de esta corriente de la danza moderna se cimentó en la
transmisión y estudio de los principios del movimiento y del conocimiento del espacio. No
crearon un lenguaje técnico cerrado, pues era la experimentación de los principios de
movimiento lo que permitía el desarrollo artístico de los coreógrafos, maestros y bailarines.
La danza moderna encontró en Estados Unidos el terreno propicio para consolidarse, no sólo
porque las dos guerras mundiales interrumpieron violentamente el trabajo artístico de Europa,
sino por la creciente importancia económica y política de este país desde finales del siglo XIX.
Este género de la danza había surgido de una ruptura con las formas clásicas, que ya no
respondían a las necesidades de expresión de los artistas. Al finalizar la primera guerra mundial
algunos artistas, desilusionados por la crisis de valores imperante, dirigieron su búsqueda hacia
nuevas formas de expresión, mientras otros encontraron su temática esencial en la evasión, la
huida de una sociedad catastrófica. Otros más encauzaron su labor artística con gran seriedad
e intensa experimentación hacia posiciones realistas y objetivas, con las que desafiaron las
restricciones; aparecieron así actitudes más revolucionarias y progresistas en el campo artístico
(Márquez, 1988).
En las primeras tres décadas del siglo XX, la danza moderna se arraigó y convirtió en un
movimiento artístico de gran vitalidad y empuje. La primera generación de bailarines y
coreógrafos norteamericanos emergió con ímpetu desenfrenado en una búsqueda
independiente. Los años de experimentación previos estimularon la aparición de nuevas. Las
necesidades expresivas se orientaron a la creación de lo nuevo, lo insólito o lo inesperado. En
este periodo dos figuras dominaron la escena de la danza moderna norteamericana: Martha
Graham y Doris Humphrey.
De las escuelas que ellas formaron salieron algunos de los coreógrafos que crearon la danza
contemporánea de la segunda mitad del siglo XX.
En la década de los cincuenta apareció la
danza contemporánea;
género que, si bien puede
considerarse una prolongación de la danza moderna, hace drásticos replanteamientos en su
propuesta estética. Los coreógrafos contemporáneos buscan la producción de un espectáculo
teatral totalizador, cuyo objetivo busca el entrecruce y relación de diferentes estilos y técnicas
de movimiento: ballet clásico, acrobacia, danza moderna, jazz y hasta karate y kung-fu.
La danza contemporánea amplió sus fronteras para alcanzar un nivel de libertad humana y
expresiva que no dependa de las capacidades físicas o de la simple inspiración, sino de un
proceso de búsqueda y experimentación en que se integren todos los conocimientos sobre el
movimiento humano. Este género de danza abre nuevos horizontes en la expresión dancística y
coloca en un primer plano al hombre actual, su vida interior, sus preocupaciones y sus
cualidades fundamentales.
Reúnete en equipo con tres compañeros. Reúnan información en libros, revistas o Internet
acerca de la danza moderna y contemporánea. Vean algunos fragmentos de una obra de danza
moderna y otra de danza contemporánea, de la serie El Poder de la Danza. Identifiquen las
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