audición las canciones que los alumnos aporten, tanto por su experiencia personal o a 
raíz de las actividades donde se les invita a formar un archivo de canciones. 
Actividad individual. Clasificación de canciones conocidas
Haz una lista de las primeras veinte canciones que te vengan a la mente. Aquí no se 
trata de investigar, sino de conocer las canciones que tienes más presentes al 
momento. En una hoja blanca traza tres columnas con los títulos de los tres géneros 
mencionados: música tradicional, música culta y música popular. 
Clasifica las canciones de tu lista bajo los tres títulos. 
Comparte tus resultados con tus compañeros. Analicen y discutan las preguntas: 
¿Qué observan? ¿Hay el mismo número de canciones en cada columna? ¿Hay 
columnas que quedaron vacías? ¿Por qué hay música que es más común que otra? 
¿Qué hace que una canción “se pegue”? 
Actividades en equipo. Diseñar una clasificación 
Forma un equipo con tus compañeros y salgan a la búsqueda de canciones. Durante 
una semana, cada uno de ustedes deberá estar muy atento a canciones que se 
escuchen en el entorno. Pueden ser canciones que alguien en la calle entonó o silbó, 
canciones que escuchaste en algún comercio, en la escuela, en un concierto o 
presentación, en la radio, en la televisión o quizás en una película. Anótalas (para 
anotarlas tendrás que saber su nombre). Reúnete con tus compañeros y elaboren una 
sola lista con los resultados de todos (guarda bien esta lista para continuar ampliando tu 
archivo de canciones). 
Elijan entre todos un tema para la clasificación, puede ser por su ritmo, por el tema del 
texto, por los instrumentos que la acompañan, por el tipo de voces, por su origen, por el 
lugar donde la escucharon, en fin, las posibilidades son muchas. Si, por ejemplo, 
clasifican por el texto, las categorías pueden ser canciones que tratan de: amor, 
animales, rencor, lugares, etcétera.
3.3 El oyente activo 
El proceso musical se forma con un compositor (alguien que diseña la obra musical), un 
intérprete (alguien que la ejecuta, no importa si es una grabación, para que haya 
sucedido la grabación se requirió de uno o varios intérpretes) y un oyente (alguien a 
quien la obra musical llega). El proceso musical no está completo si falta el oyente. Para 
eso, debemos ser oyentes activos, capaces de adentrarnos en la obra que 
escuchamos. 
Actividad individual-grupal. Sugerencias para ser un oyente activo (para lograr 
una audición consciente y atenta) 
Reúnete con el grupo. Escuchen las obras seleccionadas por el maestro o por el mismo 
grupo. Atiendan a las indicaciones del maestro para ubicar las obras en su contexto y 
analizarlas. Entre otras, pueden realizar las siguientes actividades: identificar el pulso, 
92