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Según lo requiera el terreno, cada semana podrá darse otro riego, cuidando que el agua no moje las
guías o tallos que crecen sobre los surcos. Por lo general se requiere de una docena de riegos pero
depende de las necesidades de la plantación.
Poda
Del cuello de la planta de sandía nacen hasta seis ramas que son las que van a llevar los frutos, de ellas,
se deben podar las necesarias para dejar sólo tres principales. Cuando estas ramas hayan echado seis
brotes se despuntarán. Así crecerá una sandía en cada rama principal.
La poda o despunte se debe hacer al amanecer, usando un cuchillo desinfectado o hervido para evitar
inocular enfermedades en la planta. Cuando los frutos tengan unos 8 cm de largo, se arrancan los
defectuosos, dejando 1 o 2 por brote. A los 10 o 15 días, se repite la operación para dejar un solo fruto en
la rama principal, escogiendo el mejor.
Cuando los frutos estén grandes, los tallos que sostienen las sandías se cubren con tierra abonada hasta
estar cerca del fruto para que los tallos echen raíces, permitiendo que éste se pueda alimentar mejor,
dando por resultado unas sandías enormes.
Cosecha
La cosecha de las sandías se hace en varios cortes porque no todos los frutos maduran al mismo tiempo,
recomendándose hacer la operación por la mañana, que es cuando se aprecia mejor la madurez del
fruto. Cuando el tallo de la sandía está tierno, pero el zarcillo que la sostiene está seco, el fruto está en su
punto; si el tallo está seco, ya se pasó.
Otras maneras de conocer el estado de madurez de la sandía consisten en dar unos golpecitos a la
cáscara; si suena hueco, le falta, pero si suena sordo, ya está lista. Si al apretarla se siente que se
quiebra por dentro, ya está lista, pero si se siente dura, le falta, o si al arañar con las uñas la cáscara se
arranca fácil, o si debajo de la sandía hay una mancha o señal amarilla es seguro que el fruto ya está
listo.
Para recoger el fruto, éste se corta con tijera o navaja en el lugar que se une con la planta sin pisar ni
sacudir el tallo. Las sandías se van amontonando sin poner más de tres capas para evitar que se
magullen.
Una vez cosechadas las sandías se pueden almacenar para su venta, cuidando de poner una capa de
paja o aserrín entre cada capa de sandías, mismas que no deberán amontonarse a más de 1 m de altura,
para que no se rompan las de abajo.
Plagas
El cultivo de la sandía, como sucede con muchos otros cultivos, se ve afectado por plagas y
enfermedades, las primeras son una serie de insectos; mientras las segundas, son ocasionadas por
hongos y bacterias microscópicas.
Las principales plagas que afectan el cultivo de la sandía son las siguientes.
Insectos masticadores.
Como los gusanos soldados y los falsos medidores, muerden partes de los
cultivos para alimentarse, sobre todo las hojas en las que dejan agujeros de muchas formas y tamaños,
provocando que los frutos no se desarrollen bien. Son gusanos muy grandes que al crecer dan lugar a
unas palomillas, mismas que al aparearse cierran su ciclo reproductivo, depositando sus huevecillos
sobre las hojas para evolucionar a gusanos y repitiéndose el proceso.