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e) Agrega otras acciones a tu exploración: rotaciones, desplazamientos, cambios de
soporte, etcétera.
f)
Repite las exploraciones, pero reduciendo o ampliado la pausa. Por ejemplo ejecuta el
movimiento en un tiempo y la pausa en otro tiempo. O bien, ejecuta el movimiento en
tres tiempos y la pausa en uno.
Pensemos en algunas motivaciones para darle mayor expresividad a nuestras exploraciones.
¿Has visto las estrellas que centellean en la noche? En apariencia no se mueven, pero brillan
continuamente. Conviértete en estrella y sin moverte visiblemente, sólo movilizando tu energía
interna, muestra a tus compañeros tu esplendoroso brillo.
Imagina que eres un foco prendido cuya luz ilumina un gran salón. Sin movimiento visible,
“apágate y préndete” (moviliza tu energía interna, por ejemplo, proyecta tu mirada cuando te
prendas y neutralízala cuando te apagues); cuando estés prendido tienes que iluminar el mayor
espacio posible. Utiliza diferentes velocidades en la actividad: apágate rápido y préndete
lentamente; apágate lento y préndete rápidamente; apágate y préndete rápidamente, apágate y
préndete lentamente. Ahora realiza el movimiento en relación con la duración y tiempos de los
compases. Préndete en el tiempo fuerte del compás y apágate utilizando los tiempos débiles
(un tiempo con un compás de 2/4, dos tiempos con un compás de ¾ y tres tiempos con un
compás de 4/4).
Imagina a una leona acechando a su presa, imítala y permanece en pausa activa atento al
momento propicio para cazar. Conviértete en un pajarito en un alambre, atento a los sonidos
extraños. Imita a una iguana tendida disfrutando del sol; o a una ardilla observando
detenidamente una bellota; o a un búho espiando a un ratón; o a un águila acechando a un
conejo; o a una jirafa observando los árboles para seleccionar las hojas más tiernas; o a un
conejo tratando de identificar un sonido que lo alerta del peligro, etcétera. Realiza la actividad,
creando movimientos para el personaje (desplazamientos con flexiones y extensiones lentas
para la leona, pequeños saltitos para el pajarito, desplazamientos con pasos cortos y rápidos
para la iguana, etcétera) y coordínalos.
Continúa las exploraciones utilizando la fuerza expresiva de la pausa activa para darle sentido a
tus movimientos. Reúnete con algunos de tus compañeros, piensen en una motivación y creen
una frase de movimiento que incluya pausas activas que le den sentido y expresividad a la
frase.
Reúnete con tres compañeros. Elaboren una frase de movimiento considerando 8 compases de
¾, en la que incluyan pausas activas de tres tiempos en el tercer compás y en el sexto. Ahora
creen otra frase, con los mismos movimientos, pero dejen las pausas activas para los compases
cuarto y octavo. Divídanse en parejas y cada una ejecute una frase. Seleccionen una música
que les agrade. Repitan la frase hasta que logren fluidez en los movimientos. Realicen otra
exploración, pero ahora utilizando el compás de 2/4 o el de 4/4.
En las exploraciones anteriores hemos utilizado el silencio dancístico (pausa activa), el cual
puede o no coincidir con el silencio musical. Ahora exploremos los efectos expresivos que se
producen cuando ligamos una pausa activa con una pausa sonora o silencio. Reúnete con todo
el grupo. Busquen una música que les agrade. Escúchenla detenidamente. Identifiquen el
compás. Identifiquen las pausas más significativas (las más largas). Desplácense siguiendo el
pulso de la música y cuando escuchen la pausa musical, hagan una pausa activa. Continúen
desplazándose y deténganse en cada pausa que perciban. Cuenten el número de compases
135
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