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Artritis.
La osteoartritis es el tipo de artritis más común que afecta a la rodilla, es un
proceso degenerativo en el cual el cartílago se desgasta gradualmente, y por
lo general afecta a personas de mediana o avanzada edad. Puede ser el
producto de una fuerza excesiva sobre la articulación, por ejemplo, en
lesiones repetidas o personas con sobrepeso.
La artritis reumatoide también puede afectar a las rodillas haciendo que la
articulación se inflame destruyendo el cartílago de la rodilla. Comparada con
la osteoartritis, la artritis reumatoide suele afectar a personas más jóvenes.
Muchas causas de dolor de rodilla, especialmente aquellas relacionadas con
su uso excesivo o actividad excesiva, responden bien a los cuidados
personales.
Cuando tenemos algunas molestias con nuestra rodilla podemos utilizar las
siguientes recomendaciones para evitar lesionarla y para que la rodilla se
recupere:
Descansar y evitar actividades que empeoren el dolor, especialmente
actividades que impliquen soporte de peso.
Aplicar hielo, cada hora durante 15 minutos, aplicar al menos 4 veces
por día.
Mantener la rodilla elevada en lo posible para reducir la hinchazón.
Comprimir ligeramente la rodilla llevando vendajes ACE o mangas
elásticas, las cuales se pueden comprar en la mayoría de farmacias.
Esto puede reducir la hinchazón y brindar apoyo.
Dormir con una almohada por debajo o entre las rodillas.
Es importante acudir al médico cuando:
La persona no puede soportar peso en la rodilla.
Se presenta fiebre, enrojecimiento o calor alrededor de la ésta o
inflamación significativa.
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