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escolar, social, económico, etcétera y de los efectos que éstas tienen en el organismo y el cual se
refiere al desgaste (físico y psicológico) que tenemos ante los retos,
agravios
y carencias que
enfrentamos en la vida.
Algunas de estas presiones o situaciones que pueden provocar estrés son: la muerte o separación de
alguien, la llegada de un nuevo miembro de la familia, el cambio de escuela, problemas en el trabajo,
escuela o con algún familiar cercano, deudas, comienzo o final de alguna actividad, la saturación de
actividades y responsabilidades, etcétera. Es decir, todas aquellas actividades que alteran nuestro
estado de ánimo y provocan preocupación y angustia.
Conforme vamos creciendo, van cambiando las actividades que realizamos, los compromisos y
responsabilidades. ¿Recuerdan cuáles eran sus preocupaciones cuando asistían a la primaria?, ¿qué
preocupaciones tienen ahora?, ¿se parecen a las preocupaciones que tienen por ejemplo sus padres?,
¿en qué son diferentes?
Dentro del
agobio
de la vida adulta, a veces solemos detenernos a mirar a los niños cuando juegan, a
los adolescentes y jóvenes que se divierten despreocupadamente. Pero se nos olvida que cada etapa
de la vida tiene sus propias ocupaciones y preocupaciones, y los adolescentes también tienen cosas
que les preocupan.
Sugerencia didáctica
En lluvia de ideas y en grupo comenten las cosas, situaciones y preocupaciones que tienen como
adolescentes. Anótenlas en el pizarrón, a un lado de lo que anotaron durante la entrevista con los
adultos.
Den lectura al siguiente texto y comenten las preguntas que se presentan al final.